sábado, 16 de mayo de 2015

EL GATIAO Y LOS OVEROS

1
Yegué al puesto de Valerio
que está cerca’el callejón
y salió un hombre viejón,
alto, bigotudo y serio,
y con un recio criterio
dijo: “-Yo soy el puestero,
que anda haciendo compañero…?”
y ya le fui comentando
le dije: yo ando buscando
un "gatiao" y dos "overos".
2
Se quedó como pensando
con cara’e pocos amigos,
me dijo: “-Ayer fui testigo
ver unos pingos pastiando;
después pasó galopiando
por aquí, un tal Carabayo,
arriando varios cabayos
y después no sé más nada,
yo pensé, pa’ las arriadas
ese mozo es como un rayo”.
3
Muchas gracias por el dato
-le dije-, hasta la güelta,
ya vi mi mente resuelta
y le sentí mal olfato;
después de pensar un rato
el destino’e mis cabayos
si los arrió Carabayo,
y al istante calculé,
que capaz que ha entrao tal vez
al campo de los Ramayo.
4
Cuatros leguas esigidas
galopiando sin cesar,
por ayá empecé a oservar
una alambrada caída,
yo con mi vista tendida
hacia adentro de un potrero
vi al “gatiao” y a los “overos”
mezclao’ con unos potritos,
y más ayá, al trotecito
se aprosimaba el puestero.
5
Cuando ya s’iba acercando
fijamente me miró
y también lo hacía yo
sin pensar y ni jugando,
que fuera mi amigo Orlando
y en cuanto lo conocí
el también pensaba en mi:
“-¡Pero tanto tiempo hermano!,
¿qué andás haciendo Mariano
por estos pagos y aquí?
6
Yo estoy en la estancia “El Tero”
y ayí empecé a trabajar
y me vieron pa’ domar,
a más de pión de un puestero,
tal que agarré unos “overos”
cuatros “bayos” y un “gatiao”,
y es la causa qu’he yegao
a estos parajes juyido
porque se me habían perdido
tres pingos que ‘ahí ‘tan al lao.
7
“-Yo ricién los veo, hermano,
más del alambre caído,
pensé, serán de Salido
-el mensual de “San Laureano”-,
pero ansí es la suerte hermano
que los encontraste aquí,
si esto no se daba ansí
ni enterao por donde estabas!,
y ni pensar de que andabas
bastante cerca y… te vi.”
8
Ya hace tres meses que entré
en “El Tero”, a trabajar,
y solo había pa’ensiyar
unos mancarrones, ché,
ansí es que la corajié
pa’ domar esos baguales,
hay potradas sin iguales
de todo tipo y pelaje,
me gustó e hice coraje
con la ayuda’e los mensuales.
9
“-Así es la cosa, Mariano,
¡que alegría haberte encontrao!
y también que haigas hayao
a tus tres pingos, hermano;
un día te venís temprano
pa’ recordar lo pasao,
hoy sé que andás apurao
pero siempre estoy dispuesto
pa’ recibirte en mi puesto
y comernos un asao.”


Versos de Ángel Feliciano Mele

jueves, 14 de mayo de 2015

LA TENAZA PERDIDA

Volviendo de trabajar
en yegando hasta la casa
vi que perdí la tenaza
y tenía que regresar.
¡Ganas de desensiyar
a decirle la verdá!
¡Pero si es fatalidá
que tanto la precisaba!...
¡Y a ver si no la encontraba
antes de la oscuridá!

Era una marca “peuyó”
que mi abuelo había agencia’o
de un trabajo de alambra’o
ayá por Claromecó,
que ‘ndispués mi viejo usó
y la yevaba en la faja
pa’ dejarla en una caja
guardada con tal cariño
qu’era mi antojo de niño
créirla qu’era alguna alhaja .

Por las dudas revisé
otra vez en “la pelota”
que de una caña de bota
p’hacer maleta agarré,
un torniquete saqué,
californias, escofín,
clavos y un royo’e piolín,
la cadena y el canda’o
que siempre yevo guarda’o
por el puro berretín.

Mi plan, era senciyito,
fue volver por donde vine
derecho a los casuarines,
de ayí hasta los ocalitos;
tal vez yendo al trotecito
la viera desde el cabayo…
Y ahura bien, si ansí no l’hayo
fue que quedó en l’alambrada
donde la dejé colgada
y entonces, mejor me cayo...

Así arranqué decidido
oservando atentamente
pensando en el suconciente
por donde la habría perdido,
y aunque no estaba aflijido
porque yo la’iba a encontrar,
no paré de renegar
y aguzaba la mirada
pero igual no véia nada
¡y ande se habrá ido a parar!...

Más la noche se me vino
casi qu’en un pestañar
y apenas pude rastrear
una parte del camino;
la otra parte me imagino
fue solo adivinación,
por pálpito o sugestión
pero… ¿sabe qué me pasa?
No apareció mi tenaza
¡y en eso no hay solución!...

Versos de Nicolás "Quino" Luna