sábado, 29 de diciembre de 2018

DEL PASAO


¿Ande canejo he llegao?
¿Dónde está mi malacara?
¿Qué se ha hecho’e la manta clara
conque yo vine tapao?
¿Adónde está mi recao,
mis riendas, bastos, caronas,
rebenque, estribos, lloronas,
mi vincha, mi chiripá?
Mi guitarra, ¿dónde está
que no siento sus bordonas?

Mi cuchilla, mi yesquero,
mi tijera tuzadora,
¿dónde están las boleadoras
y aquel aludo sombrero?
¿Ande la cincha de cuero
que yo mismo trabajé
y que mil veces cinché
potros de tuitas estampas
y qu’hice temblar la pampa
en los tiempos que domé?

¿Dónde está aquel tirador
ricuerdo del finao Tata
con letras hechas de plata
maciza, y de lo mejor?,
era de mucho valor
tenía monedas peruanas,
pesetas americanas
y de oro, cuatro botones,
ricos soles, patacones
y chirolas bolivianas.

Tuito ha quemao el brasero
de la civilización,
el gaucho dejó el fogón,
su china y su parejero,
y hasta el patrio ombú pampero
que se eleva en la ensenada,
tuito convertido en nada
y el rancho que ayer fue vida
hoy es tapera caída
sobre la pampa quemada.

Versos de Goyo Luna

viernes, 28 de diciembre de 2018

LLUVIA


Una nube encapotada
le hace a la comba un recorte
mientras del lado del norte
bosteza la madrugada.

Retumba un trueno y ahuyenta
a una bandada de teros
y alborotan los horneros
presagiando la tormenta.

De gris se ha pintado el cielo.
La lluvia regando el suelo
le da alivio a los sembrados.

Abre brecha un refucilo,
y el viento toca un estilo
que gime en los alambrados.

Versos de Enrique Uzal

Juntando a este sonetillo y otro titulado 'Mal Tiempo', Alberto Merlo compuso la música y dio vida al triunfo de ese nombre.

MAL DE AUSENCIA


Casi no tengo pasencia
para esperarte más, china;
si hasta la suerte ladina
hace más larga la ausencia;
la güeya que a tu querencia
supe abrir con mis arguyos,
se ha vuelto a enyenar de yuyos
de espinas y cortadera,
como si acaso quisiera
borrar los recuerdos tuyos.

Pa’ que me sirva de halago
a nada le encuentro acierto;
a veces se me hace cierto
que hubiese cambiao de pago;
si hasta pa’ pegar un trago
me hace asco el mesmo porrón,
ya no es pa’ mi el cimarrón
ni siquiera un simple antojo;
si hasta se ha enyenao de abrojo
las clines del mancarrón…!

De puro y tanto aburrido
por tu ausencia duradera
me paso la noche entera
sacando filo a un chiflido;
mesmo que juera un gemido
entre el sauzal canta el viento;
si agatas me alcanza el tiento
de mi pobre inspiración
para atar esta canción
que es mi propio sentimiento.

Versos de Enrique Uzal

lunes, 24 de diciembre de 2018

Saludo Fin de Año 2018


El 18 es puro achaque
y el 19 se alista
que ya está pidiendo pista
sacudiendo el almanaque;
¡dejen nomás que se atraque
que lo habremos de domar!,
pero aura quiero brindar
(aunque’n verdá, poco bebo),
por Navidá y Año Nuevo
¡y que Dios venga’lumbrar!
                                 (22/12/2018)
Afectuosamente,
                              Carlos

domingo, 23 de diciembre de 2018

LA ORACIÓN


Mama, me pongo a rezar
lo que en vida me enseñó,
si al final su hijo falló
lo tendrá que perdonar,
me vi obligao a peliar
olvidando su alvertencia,
pudo más la prepotencia
que sus palabras sagradas,
tengo las manos manchadas
pero limpia la concencia.

Nunca le anduve con quejas
ni al hacendao más injusto,
y sudé sangre a su gusto
con hachas, palas y rejas,
entre vacunos y ovejas
quemé los años pionando,
y a veces mama, pensando
que obediente a su consejo
iba a llegar a hombre viejo
tal que un lisiao, mendigando.

Arrodillao de alma, espero
que si dudé, no se ofenda,
no quiero que áhi me defienda,
solo que m’escuche quiero;
hijo suyo, verdadero,
juí, mama, lo que usté quiso,
doblao de espalda y sumiso
aguanté más que un horcón,
pero ande no hay corazón
el pobre es un trapo’e piso.

Que inoraba esto he previsto
pues está tan alto el cielo
que lo que pasa en el suelo
siguro que no lo han visto;
colgao, lanciao a lo Cristo
guapié a no decir ni mus
más era poca la luz
de mi mente y se apagó…
la rabia me sacudió
y me tiré de la cruz.

Maté, mama, y usté sabe
que al criollo que se subleva
ni averigua quien lo lleva
pa’ qu’hecho un despojo acabe,
no será pa’ que me alabe
si le digo que por eso
he levantao el pescuezo
cansao de abuso y mentiras
y tendrán que hacerme tiras
antes de llevarme preso.

Acaso mama le sobre
razón pa’ enjuiciarme mal,
no dio al mundo un criminal,
lo hizo pior, le dio otro pobre,
deje entonces que me cobre
esta trampa en la embestida
y si la ingrata partida
sigue en contra y no lo quiere
consuélese, su hijo muere
asquiao del mundo y la vida.

Versos de Claudio Martínez Payva

viernes, 14 de diciembre de 2018

CON LAS ESPUELAS TRABADAS

Al igual que los fogones
que’n mi pago se’ncendían
ande los piones solían
contar sus cavilaciones,
viá emparejar los bordones
para cuartiar un cantar.
¡Dios me asista en mi pesar!
¿Qué’stá pasando en mi tierra…?
Solo pensarlo me aterra
sin un remedio encontrar.

En los pecho’escarapela
solo se ve en días patrios:
un Veinticinco de Mayo,
Nueve de Julio, en la escuela;
es pesar que me desvela
mirar como todo el año,
bandera y símbolo estraño
se adueñaron de las ancas.
¡Bendita mi azul y blanca
aunque me traten de huraño!

Los crioyos esparcimientos
de bailes y romerías
ande el hijo concurría
con sus padres muy contento;
sin apartarse un momento
juntos bailaban rancheras,
mazurcas o chacareras,
que tocaba un acordión,
tan solo es recordación.
¡Amalaya, si volviera!

Suelo ver a la pasada
mozas y mozos puebleros
que sus pilchas son letreros
de mil cosas importadas,
miro sin decirles nada
pero qué lindo sería,
que su humana estantería
con orguyo nos mostrara,
¡que Argentina ya no para
con atómica energía!

Ya alivié mi embichadera
perdón, si a’lguno ofendí
pa’ defender mi País
naides me pone tranquera
con música baruyera
de gutural espresión.
Les pido una reflexión:
no se aparten del camino,
en todo tiempo: ¡Argentino,
por herencia y tradición!

Versos de Francisco Chamorro

martes, 11 de diciembre de 2018

EL HIJAR


EL HIJAR

Yo tengo un hijar mediano,
que anduvo pegao al basto
y acolchonando los pastos
para dormir en verano.
En parte medio tobiano
por los rigores del uso,
vaya a saber en qué chuzo
supo andar como pellejo,
a mí me lo trajo un viejo
que lo llamaban “El Ruso”.

Me contaron que este cuero
que denota poca cosa
también acampó en la choza
guareciente del matrero,
galopó con el resero
por el desierto pampeano,
fue el amparo soberano
de la gente en las boleadas,
y de noches resabiadas
en los sueños del baquiano.

El paisano precavido
en aguacero y helada
en las pajas coloradas
hizo un hueco protegido,
arriba puso tendido
el cuero pelaje afuera
y pa’ que no se moviera
con hueso o alguna guampa,
le puso una estaca pampa
con tientos de la encimera.

No confundir al hijar
con la parte de la ijada,
son dos cosas separadas
ni siquiera similar,
un caballo al realizar
una tarea pesada
aumenta la resollada
y entre costilla y cadera
fíjese de que manera
hace temblar las ijadas.

Diferencias sustancial
que le recalco mi amigo,
uno, hecho para abrigo
el otro, vida animal
al invento original
de variada aplicación
lo mantengo en el galpón
aparcereando un estribo
porque olfateando percibo
perfume de tradición.

Versos de Roque Bonafina

A PURO CAMPO

Nací en el campo y me crié
igual que el “cardo castilla”,
y los males en tropilla
desde chico soporté,
y sin más motivo qué
mostrarme alegre y contento
le canto a los cuatro vientos
en los fogones rurales
mezclao entre los mensuales
y peones de campamentos.

Aunque de hazañas no hay nada
si voy a contar mi vida
yo contaré las perdidas
que otro cuente las ganadas;
me mido en la atropellada
cuando hay que salvar escollos,
en esta razón de apoyo
y perdón si me equivoco,
prefiero pialar con poco
que errarle con muchos rollos.

Soy, pa’ ser más caballero,
buen perdedor cuando pierdo,
me gusta más si es por lerdo
que por demasiao ligero,
sentador y pescuecero
a las mala’ y sus embates
y aunque disimular trate
los desengaños me han hecho
tremendo cayo en el pecho
como al avestrú’en el mate.

Detesto la fantasía
y por gusto de florearme
no me verán adornarme
con plumas que no son mías,
y no aprendí todavía
a mentir como a porfiar,
soy cuero sin macetear,
me sobó la mala suerte,
rústico pero más fuerte
que bozal de palenquear.

Soy tronco de árbol añoso
sasonao por una serie
de inviernos a la intemperie
y veranos calurosos;
precavido, respetuoso,
modesto, más bien callao,
y si pretende un mal criao
sobrarme con sus diabluras
¡qué no se cargue de achuras
porque el mondongo es pesao!

Graciano Ramón San Esteban

UN JERGÓN DE LISTA ATADA


Este jergón que tengo
lo hizo mi mama
con un vellón y medio
de blanca lana.
Sentadita en el patio
muy de mañana
lo fue hilando despacio
con rueca y huso
y al tisar bien la lana
¡cuánto amor puso!

Sostenía madejas
para ovillarlas,
con bracitos de mimbre,
una muchacha,
mientras que sus ojitos negros,
inquietos acariciaban,
un par de mariposas
que allí volaban
sugiriendo colores
al cubrecama.

Con varios vegetales
después de hervirlos
preparó las tinturas,
tiñó los hilos.
Y en el telar que estaba
bajo un durazno
ya florecido,
fue atando la trama
inventando un gran ramo
para bordarla.

Con sus manos gastadas
de color cobre,
de trabajar al viento,
de juntar soles,
fue poniendo la urdimbre
que le faltaba
y con ovillo y pala,
pala y ovillo,
le dibujó las letras
del nombre mío.

Versos de Carlos Hermán Fernández  

sábado, 8 de diciembre de 2018

A MI ENCIMERA


Es sencilla como el dueño
pero muy aguantadora
y está entre lo que atesora
este paisano sureño,
la cuido con mucho empeño
desde que un anca, la trajo,
y por peonar a destajo,
entre los bastos y el cuero,
es la pilcha que más quiero
de mi recao de trabajo.

No hay bordándole figuras
ningún lujo, en tiento fino,
porque le dieron destino
mis dos manos, medio duras,
y aunque humildes, sus costuras,
nuca aflojó en la cinchada
ni al tirón, ni a la sentada,
jamás cedió mi encimera,
solo cambié a su asidera
alguna argolla ovalada.

Pa’ abrazar a su parienta
la cincha, tiene correones,
bien sobados y fuertones,
por si ajustar se presenta.
Cada tiento le acrecienta
su utilidá y su valor,
que en mi mi oficio, domador,
me ayuda con los baguales,
atando maneas, bozales,
riendas, lazo y maneador.

Sigue siendo servicial,
según la ve mi manera,
cuando ella, a cada estribera,
le va ofreciendo un ojal,
a la vez, como señal,
o simple gusto campero,
van claritas, en su cuero,
mis iniciales marcadas,
y las potreras, atadas,
pa’ hacer grupo en el apero.

Sabrá Dios, ande canejo,
podrá ir a parar el día,
en que ya la vida mía,
no ensille ni un pingo viejo;
mas hoy, que lucho parejo,
junto a mi fiel compañera,
yo he de seguir, ande quiera,
afirmando los garrones
y soportando cimbrones,
como mi criolla encimera.

Versos de Julio Tomisaki

lunes, 3 de diciembre de 2018

EL CABITO COLA'E PICHE


Salí a recorrer temprano
un día como otros tantos,
y diba oservando el manto
de la escarcha sobre el yano
mientras el suelo pampeano
abriga tantos matices,
entre volar de perdices
yegué al monte del molino
ande hacen cruz dos caminos
y se crucetean los cuises.

Junto al monte pude ver
que habían acampao reseros,
había rastro’e trasfogueros
y mate al amanecer
sé que pudieron tender
pa’ corajiarle a la helada
y ver esa rastriyada
que había dejao la tropiya
y cerca de las variyas
había una prenda olvidada.

Un cuchiyo verijero,
cola’e piche su cabito,
muy gauchón por ser chiquito
con su vainita de cuero,
pero que útil aparcero
cuántos tientos que saqué
dengún toruno se jué
él, es mi fiel compañía
y no olvidaré aquel día
ni el momento que lo hayé.

Siempre un cuchiyo hayao
sale de filo parejo
es un refrán muy viejo
disculpen si he ponderao
muchos lo han codiciao
cuando voy por el boliche
pero lo cuido a lo chiche
y que’l dueño no se aflija
que lo yevo en mi verija
al cabito cola’e piche.

Versos de Cristobal “Pampa” Carranza

martes, 27 de noviembre de 2018

SIEMPRE CON YUNTAS DE PINGOS


Me ha avisado el otro día
mi compadre Sofanor
que es puestero y domador,
que este domingo vendría,
que el “picazo” me traería
que para amansar le he dado,
en eso es muy aplicado,
pone paciencia y esmero,
y para el quehacer campero
saca un pingo bien domado.

Por eso que muy temprano
de mi majada a un cordero
le saqué el poncho de cuero
pa’ agasajarlo al paisano.
Dejé el “colorado” a mano
al que el recado saqué,
a la pava, agua le eché,
a hacer fuego me dispongo
y en el asador lo pongo
al que ese día cuerié.

De peón yo salí de mozo
y tropilla nunca tuve,
pero en ajenos, anduve,
muy poco, digo orgulloso.
Siempre he buscado afanoso
de pingos, ser propietario
y logré con mi salario
tener mía alguna yunta,
que donde quiere hace punta
y uso en el trabajo diario.

Dueño de una “zaina” soy,
que ato al sulky, aunque es de gringo,
cuando de paseo un domingo
con la familia me voy.
A un “tordillo”, gracias doy,
que aunque hoy no está pa’ exigir,
en él me supe lucir,
más por viejo, no va al ‘tacho’,
y llevando mis muchachos
lo veo a la escuela ir.

Toda esa es mi caballada,
y aunque comiéndole el pasto
le ocasionen cierto gasto,
el patrón no dice nada.
Se aclaró todo de entrada
y me dio su aprobación,
quizás porque la opinión
tiene, que Risso ha plasmado,
“de que andando bien montado
le rinde más cualquier peón”.

Viendo el “colorado” atento
ya manso, espero el “picazo”,
que del “tordillo”, es reemplazo
y eso me pone contento.
De pronto un cencerro siento,
ladra “el Sombra”, perro flor,
y con tono anunciador
un muchacho grita ya:
“¡Con la tropilla, papá,
allá viene Sofanor!”
                              (6/11/2013)
Versos de Juan Carlos Artigas

lunes, 15 de octubre de 2018

JUÉ PUCHA! QUE SUERTE TENGO


Si a veces el gusto tengo
de pasarme un rato largo
terciando con el amargo,
pa’ largar no me entretengo…
pero claro, le prevengo
ya que el hecho me divierte,
que esto es plata que se invierte;
y pa’ más claro le digo:
busco pa’l caso un amigo…
¡Jué pucha, que tengo suerte!

Y si aparecen las ganas
de hablar de Patria, de historia,
como hurgar en la memoria
las glorias viejas, lejanas;
tal vez porque peino canas
a ninguno desconcierte!
más si cabe que lo alerte
le aclaro de un solo trazo:
pa’eso tengo un amigazo!
¡Jué pucha, que tengo suerte!

Si acaso quiero dentrar
a charlar de tradiciones,
reuniones en los fogones
o a gauchos entropillar;
tenemos pa’ menudiar
hasta que el día dispierte!
o nos empuje la muerte
y es cierto que no exagero:
pa’eso guardo un aparcero…
¡Jué pucha, que tengo suerte!

Si es que hablamos de amistá,
de sentires familiares,
hallamos temas a mares
como pa’ una eternidá!
Soñando ver la verdá
cualquier opinión se vierte;
como pa’ quedar inerte
se gasta el último aliento;
mi criollazo, es un portento!
¡Jué pucha, que tengo suerte!

Estos y otros pormenores
apegaos a nuestro suelo
se discurren con anhelo
con los principios mejores.
Y quien derrama esas flores?,
el afecto que se vierte?
¿Qué me canta lindo y juerte
como un pájaro en su rama?
Carlos Raúl Risso se llama…
¡Jué pucha, que tengo suerte!
                                  (21/01/1992)

Versos de Roberto Coppari
                     (1924 / 2007)