domingo, 24 de junio de 2018

PA' QUE RUMBEE

Pago de Samborombón,
día tres, del mes de mayo;
señor, Hilarión Carbayo,
Estancias “El Albardón”.
Con profunda estimación
es que le escribo paisano
deseando que esté cercano
el día de su visita
y espero que esta notita
me lo encuentre fuerte y sano.

Estas líneas Hilarión
aparte de saludarlo,
sirvan para anoticiarlo
de mi nueva ubicación;
discutí con el patrón
don Adrián Ceballos Montes
y pulsando los aprontes
vi que’ra pa’ disgraciarme
y allí decidí largarme
buscando otros horizontes.

Llegando al boliche’e Vedia
que usté conoce y recuerda,
vuelque con rumbo a la izquierda,
más o menos legua y media
si es que el sofocón lo asedia
allí hallará tres ombuses
y un callejón con dos cruces
allí, tuerza pa’l poniente
y lo ha de dar mesmamente
al arroyo Tacuruces.

Cruzando el puente se topa
con un callejón estrecho,
allí metalé derecho
como gringo en plato’e sopa,
saldrá al camino’e la tropa,
ahí tome de referencia
de una loma, la eminencia
y al borde de la barranca
verá una tranquera blanca,
dentre que esa es su querencia.

Si es que conserva el overo
aquel de oreja rajada,
creo que en una jornada
podrá enfrentarse a mi alero;
lleguesé, que aquí lo espero
como en tantas ocasiones,
gustando unos cimarrones
largo y lindo prosiaremos
y entonces retozaremos
mesmo que dos muchachones.

Versos de Víctor Di Santo

viernes, 22 de junio de 2018

SULKI


1
Sulki: carruaje extranjero
pero crioyazo por ser
necesario en el quehacer
de todo ambiente campero.
Sulki que juiste pionero
de las güeyas, hoy viejonas,
diseñao pa’ tres personas
-sigún jueran sus tamaños-
y aunque se pasen los años
seguís vivo en muchas zonas.
2
Con dos ruedas fabricao
y las varas pa’delante
colgaban de tu pescante
un estribo a cada lao.
El asiento colocao
sobre el eje, y sus soportes
que’ran en esos transportes
dos elásticos machazos,
que a prueba de barquinazos
oficiaban de resortes.
3
Dicen que tílburi ha sido
tu apelativo natal
pero la gente rural
por sulki te ha conocido.
Jue’stenso tu recorrido
y en alguna pulpería,
la noche se te hizo día
pues tu patrón, envinao,
pa’ las casa te ha yevao
cuando el sol aparecía.
4
Al estar en movimiento,
metido en la latiguera
el látigo, cual bandera,
flamiaba al compás del viento.
Al cajón bajo el asiento
¡cuántas cosas le metían!
A veces se repartían
cuando eran por demás,
en la bandeja que atrás
algunos sulkis tenían.
5
Siempre a tus varas se ataba
de los pingos el mejor,
que si no era trotador
cualquier piyo se burlaba.
Con largas riendas se usaba
un freno con antiojera
pa’ que’l animal no viera
ni a su costao ni detrás,
y era a eleción además
el pretal o la pechera.
6
El par de tiros usao
de suela o cadena, al fin,
se unían al balancín
pa’l arrastre del rodao.
En la siyeta amarrao
con hebiyas -o una sola-
se encontraba el baticola
que’n medio de las retrancas
pasaba sobre las ancas
pa’ sujetarse en la cola.
7
Juiste’n algunas estancias
alejadas del poblao,
el vehículo obligao
pa’ recorrer las distancias.
En distintas circunstancias
quedó en la senda tu estela
cuando a mama y a la agüela
las yevabas de visitas
o cuando en las mañanitas
divas cargao a la escuela.
8
Hoy está casi perdida
tu presencia en la campaña
porque’l progreso, con saña,
apresura tu partida.
Por ser historia sentida
de un tiempo que yo he vivido,
con gran rispeto he querido
evocarte’n el ricuerdo
pues tu pingo, al trote lerdo
te yeva rumbo al olvido.

Versos de Arnoldo Daniele

miércoles, 20 de junio de 2018

DEL MESMO PALO


De las  costas del Tuyú
truje un moro pampa viejo
gordo, lustroso el pellejo,
lo llamaba “El Tacurú”.
Guapazo para el ñandú,
conocido en las boliadas,
era pa’ las gambetiadas
como soplido de viento,
había que hacerse tiento
pa’ no cáirse en las cuerpiadas.

Cuando había asao con cuero
pa’ demostrar su destreza
saltaba sobre la mesa
sin redamar ni un salero.
No había zaino, no había overo
con que igualarlo pudieran,
ni en toda mi vida entera
hallaré otro mancarrón
que tenga su corazón
y su mirada altanera.

Hoy, que han pasado los años,
vos estás viejo y vencido;
yo estoy triste y abatido
charquiao por los desengaños;
vos te acordarás de antaño
en que eras guapo y ligero
mientras que yo, compañero,
añoro mis alegrías
que se me fueron un día
volando tras un lucero.

Te acordás mi moro viejo
del lindo tiempo pasado
cuando estabas pelechado
y lustroso como espejo.
Hoy en un box desparejo
te mezquinan la ración,
vos que fuiste un redomón
que costó un triunfo domarte
has tenido que entregarte
…lo mesmo que tu patrón.

Versos: (presumiblemente) de
Carlos María Cervetti

domingo, 10 de junio de 2018

AH CHINA


Mañana por la maña
me voy a las Tres Esquinas,
á tomar un mate amargo
á la casa de mi chinna.
                                (Popular)



“¿De ande buen mozo
tan de mañanita”
preguntó la vieja
misia Rosalía,
desde la ventana
de cierta casita
de color celeste
en donde vivía
una buena moza
que era conocida
hasta en la frontera,
por “la linda china
de las tres esquinas”

“Vengo á visitarla
misia Rosalía”,
respondió cumplido
el mozo que iba
en un flete oscuro
de muy buena pinta,
y agregó al apearse:
“¿Cómo no vendría
con el sol á verla
si el alma y la vida
tengo en esta casa
de la linda china
de las tres esquinas?”

La vieja, risueña,
llamó fuerte: ¡Mija!
y vuelta hacia el mozo
que estuvo en espinas,
le dijo: “Ya sabe
que aquí no se estilan
esos cumplimientos
cargados de almibar;
déjelos afuera
y aclare la vista
para no engañarse
al ver á la china
de las tres esquinas.”

Apenas el mozo
entró en la salita
y cruzó la pierna,
llegar vió á la china
que aunque se vistiese
con telas sencillas
y se presentara
bastante encogida,
la fama de hermosa
no desmerecía…
¡Ah china macuca
la sabrosa china
de las tres esquinas!

Un mate llevaba
de los con boquilla,
y se lo dio al mozo
con una sonrisa.
“¡Amargo!” le dijo.
“¿Amargo? ¡no diga!
si usted lo ha cebado,
mas dulce que almíbar
lo hallará mi boca
que hace tiempo ansía
un dulzor más rico,
que guarda una china
de las tres esquinas!”

Y como la moza
callara encendida,
agregó, poniendo
mas cerca la silla:
“Bien háiga quien puso
el trigo en la espiga
la fruta en el árbol,
agua en las cachimbas,
y en tus ojos negros
la luz de mi vida.
¡Ah prenda del alma!
mi querida china
de las tres esquinas!”.
……………………….
Y cuando aquel mozo
al tranco volvía
á la Unión, que alzada
sobre la cuchilla,
luces y fogones
á un tiempo encendía,
suspiros y besos
confiaba a la brisa,
y risueño á ratos
la cara volvía,
soñando que en ancas
llevaba á la china
de las tres esquinas!

Versos de:
 Benjamín Fernández y Medina

lunes, 4 de junio de 2018

EL REBENCASO...


               (relato)
1
“-¿A qué tiro son las bravas?
-Dos libres y a igualar peso;
va ver cumpa lo que es eso
en cuanto trencen las tabas.
La forastera se alaba
diciendo que’s pan comido.
-Eso lo dirá el carpido;
no vaya a créir Don Rolón;
que contra ese charabón
corre en tortuga un dormido.”
2
Unos dicen que’s robada
y otros dicen que’s perdida.
Modos de ver en la vida,
fe en las gurupas sentadas.
Como una lonja estaquiada
luce la cancha pueblera;
los riales se hacen coyeras
y nigún cinto s’empaca
pa’ levantar una vaca
contra la rica estanciera.
3
La de juir es pa’ mañana
y Don Yerba de antojao,
va a medir a su “Alunao”
con una luz alazana;
‘tan diciendo: “pa’ mañana”
dende jinete a bagual,
plata de espuela a pretal,
y de acordión a guitarra,
y un gargarismo’e chicharras
que cái del algarrobal.
4
Se ha embanderao l’alborada
con nubes blancas y azules
y el sol ha roto sus tules
pa’ curiosiar la topada.
Pulpero a carpa clavada
merca en mitá del camino,
y a frito, pastel y vino,
desbastando las esperas,
los del pago y los de ajuera
tejen la fama del fino.
5
La zurda de un entendido
se le duerme al chamamé
y un redomón pangaré
se asienta con un bufido.
Dende lejos han venido
jinetes, sulkys, volantas;
un “pasao” contra la yanta
se enderieza dende el suelo,
y es una garza el pañuelo
que güela de su garganta.
6
Se molestan de a momentos
las ofertas trabuquiadas,
y un indio a boca golpiada
le clava chuzas al viento.
Güeltea un cinto, alza un lamento
un perro dende una lona,
y en la mesa ‘e la carona
gringo y crioyo están truquiando
mientras pasa al lao cantando
dende un talón la yorona.
7
-¿Qué tal es el de p’ajuera?
-Es ponderao en las canchas;
le han borrao hasta las manchas
pa’ que pueda hacer carrera.
La fe de la rinconera
se duerme en el alazán.
-No le hace don, ayí van
dispuestos pa’ la junción.
¡Voy cien contra el del Rincón!
-¡Copo su antojo don Juan!
8
¡Lindo flete el “Alunao”
y parejita su estampa,
solo le faltan las guampas
pa’ completar un venao!
Es un junco del bañao
trabajao pa’ parejero,
y el anca de ese estreyero
solo un rebenque conoce:
el que al apiarse da el roce
de la guitarra ‘el Mielero.
9
Guacho cayó a la ranchada
por pintar mal pa’l arao,
y lo alzaron bautisao
con el agua de una helada;
como sombrita asustada
ganó poncho el regalao,
y tiritando confiao
buscó amparo y s’hizo oviyo
el lindo zaino potriyo
que se yamó el “Alunao”.
10
No tiene ni una carrera
ni perdida ni ganada;
va a medirse en la topada
con una luz de p’ajuera.
Guasuncho de la ribera
del pago sanjavielero,
tordo criao por un islero,
corrido en los desplayaos,
viene, ricién emplumao
a cotejar al pampero.
11
Trái dos chuzas de malón
tijeriando en las orejas
el puro que lo coteja
nacido y criao a galpón;
relincha de regalón
y suavecito bracea;
la acordión lo traquetea
y embozalao con su polka,
a música lo remolca
el mensual que lo cuartea.
12
Manos y patas finitas
como de gama cerrera,
igual que taza pionera
la pisada redondita;
las venas en sangre escritas
le dibujan la pureza,
y demostrando guapeza
po entre las manos vendadas,
las patas en las tranquiadas
se le ganan con limpieza.
13
Lo han tráido dende el Rincón
como a novia delicada,
con una manta bordada
dende la clina al garrón;
come azuca de terrón
y en la tabla del pescuezo,
la dueña le prende un beso
como recomendación.
14
Deposita un envainao,
palmea el encuentro al potriyo
y a vincha se alza el flequiyo
el dueño del “Alunao”;
las vistas se han esplicao,
se acomodan los rayeros;
quedan solo el guitarrero
rajuñando la encordada,
y al sol la gente apretada
se quema a lo pan casero.
15
Y güeno… ¿qu’iba a invitar
el avestruz al venao?:
“¡metalé pata cuñao
que nos quieren cotejar!”
-¡Señores: a despejar…!
-Abran cancha… ¡Se largaron!
-¡Voy cien más al que importaron!
-Se han apariao… ¡Oigalera!
-¡Te han apurao rinconera…!
-¡Castigaron… castigaron…!
16
Se conviersan enredaos
los pañuelos con las clinas,
y pasa una golondrina
como tejiendo un bordao.
Viene el alazán cortao
porque es de sangre y escuela,
y es un Juan Soldao que güela
con un tordo atrás del ala,
centeya contra luz mala
que crió arisca la vigüela…
17
Castiga juerte el Mielero
con el cabo ‘e coroniyo,
y es una mancha el potriyo
que se tiende en el sendero.
-¡Oigalera al rinconero!
-¡Pio… ju… ju… ju… lo han bandiao!
-Naides te ataja “Alunao”!
-¡Se viene en punta el oscuro!
-¡Ganó cumpa, está maduro,
ya tiene guampa el venao!
18
Lo sofrena sin rigor
ahugao por la polvareda,
y con la mano de seda
le va sacando el sudor.
Tiembla la voz del cantor
en mitá de la clinera,
al decir: “la rinconera
me obligó a bajarte el brazo.
¡Perdón por el rebencazo
que en el anca te prendiera!”
19
La tarde se va muriendo
engüelta a grito y guitarra.
‘tan yorando las chicharras
al sol que se va perdiendo.
La gente los va siguiendo
a jinete y parejero,
y el corazón del islero
dice sintiendo un lonjazo:
“¡perdón por el rebencazo
mi lindo flete estreyero!”

Versos de Julio Migno