miércoles, 21 de enero de 2015

POBRE GALLO BATARAZ

Pobre gallo bataraz,
se te está abriendo el pellejo.
Ya ni pa' dar un consejo,
como dicen, te encontrás,
porque estás enclenque y viejo,
¡pobre gallo bataraz!

Pero en tus tiempos, cuidao!
con hacer bulla en la siesta,
se te paraba la cresta
y había en la arena un finao.
Y siga nomás la fiesta
porque en tus tiempos, ¡cuidao!

Era de larga tu espuela
como cola de peludo.
Y a más de ser entrañudo
eras guapo sin agüela,
porque hasta el más corajudo
sintió terror por tu espuela.

Si en los días de domingo
había depositada,
ya estabas de madrugada
sobre el lomo de mi pingo.
Había que ver tu parada
pocas plumas el domingo.

Y si escaseaba la plata
o andaba medio tristón,
entre brinco y reculón,
me picabas la alpargata
como diciendo: “-Patrón,
ya sabe si anda sin plata”.

Pobre gallo bataraz,
nunca te echaré al olvido.
Pimentón y máiz molido,
no te han de faltar jamás.
Porque soy agradecido,
¡pobre gallo bataraz!

Versos de Adolfo Carlos Herschel (h)

DONDE TE FUISTE RESERO

¿Dónde te fuiste resero
arreando tropas y sueños?
Aunque vos no eras el dueño
ponías todo tu esmero.
Con tu destino campero
las leguas has de marchar,
temprano había que acampar
y sin hacer un reproche
eran eternas las noches
cuando tenías que rondar.

¿Dónde te fuiste resero
con tu tropa y tu tropilla?
Era tu vida sencilla
con tus pilchas y tu apero.
Si cruzabas los senderos
con tu andar acamperado,
mil caminos has andado
de esta tierra soberana,
y te hallaba la mañana
durmiendo sobre el recado.

¿Dónde te fuiste resero
con tus pilchitas mojadas?
Te cubrieron las heladas,
te azotaron los pamperos.
Era un fueguito campero
el que a vos te daba abrigo,       
un poncho que iba contigo,
los bastos tu cabecera,
tu pingo de mil maneras
demostró que era tu amigo.

¿Dónde te fuiste resero?
El opa, opa, en el viento,
más que voz era el lamento
de un recuerdo que venero.
Si al asomar el lucero
se anuncia que viene el día,
se forma la algarabía
que nace con la mañana,
y en esa hora temprana
la tropa otra vez movía.

¿Dónde te fuiste resero
con tu silbar y silbar?
¿Dónde te fuiste a encontrar
el final de tu sendero?
Si era tu destino fiero
arriar y arriar sin descanso,
en un redomón o un manso
-el que tocara ensillar-
las leguas tenías que andar
como en un suave remanso.

¿Dónde te fuiste resero
soñando con la querencia?
Hoy que se añora tu ausencia
de un pasado milagrero.
Andando meses enteros
ya no se te vuelve a ver,
tu grandeza y tu valer
quedó en la pampa olvidada,
sos una historia grabada,
un recuerdo del ayer…


Versos de Cecilia Tellechea