domingo, 26 de junio de 2016

FIESTA EN EL PAGO

1
Se habla de una jineteada
según dicen los afiches
que están allá en el boliche
como quien a “La Lomada”;
comenta la paisanada
en situaciones como ésta,
cada cual se manifiesta
empilchaos a lo paisano
y ese domingo temprano
rumbean pa’quella fiesta.
2
Se ve gente de a caballo
en auto, sulky o charré,
y algún vendedor de a pie
llevando al hombro un bagallo;
se dobla un cardo en su tallo
presagiando el calor,
y al volar un picaflor
dice la gente bizarra
que va a cantar la chicharra
lo mismo que un payador.
3
Una bandera argentina
flamea en cada palenque,
hay espuelas y rebenques
pa’ la monta de las clinas;
se habla de tuses, madrinas
y cosas tradicionales,
de lazos trenzao, bozales
-valores en un desierto-,
de yerras a campo abierto,
de marcas y de señales.
4
<Yo conocí un reservao
-dice un viejo veterano-
que lo bajó a’quel paisano
en los ‘Pagos de Bragao’,
que supo ser encargao
en la ‘Estancia El Horizonte’>,
y entre amargos y entre aprontes
van sacando conclusiones
y el humo de los fogones
parece incendiar el monte.
5
Se habla también del que doma
en la boca como seda,
de arreglarse como pueda
y el salto de la maroma,
que son lujos y no bromas
de una época pasada,
“Hazaña nunca igualada
-dice un paisano cabal-
en la puerta de un corral
tirárselé a la manada”.
6
Da gusto escuchar a un viejo
hablar de pelos distintos,
de “overos negros” y “pintos”,
de “moros” y de  “azulejos”;
de los “gatiaos” más parejos
tuvo tropilla de un pelo
y anduvo por este suelo
reseriando noche y día
en esos tiempos que había
nada más que pampa y cielo.
7
Y entre risas y chacotas
y saludos de pasada
no faltan las empanadas
tampoco el vino en la bota,
y en una tina grandota
hay bebidas pa’ guasiar,
de pronto el que va a’nimar
pide silencio un istante
y desde un altoparlante
llama al que va a jinetear.
8
Y sin andar con rodeos
un remolino’e jinetes
allá cerca de los bretes
acuden pronto al sorteo;
hay un negro medio feo
de bota’e potro calzao,
sombrero bien requintao
y a más en el tirador,
con plata de la mejor
tiene su nombre grabao.
9
Y después que en la planilla
quedan tuitos anotao,
atracan los reservao
que bajaron en tropilla;
está la gente que ensilla,
el que atraca, el que apadrina,
el que montó de las clinas
y no salvó ni los gastos,
hasta después que con bastos
la jineteada termina.
10
Y cuando ya sosegao
busca el sol el infinito
se vuelven los pajaritos
al monte que habían dejao.
Huesos y pastos quemao,
los restos der algún fogón,
el parpadear de un tizón
se vislumbra a la distancia,
señal de que en esa estancia
se ha honrao a la tradición.


Versos de Rafael Bueno

FAUSTO

Primera Parte
1
En un overo rosao,
flete nuevo y parejito,
caia al bajo, al trotecito,
y lindamente sentao,
un paisano del Bragao
de apelativo Laguna:
mozo ginetaso, ¡ahijuna!,
como creo que no hay otro,
capaz de llevar un potro
a sofrenarlo en la luna.
2
¡Ah criollo!, si parecía
pegao en el animal,
que aunque era medio bagual
a la rienda obedecía,
de suerte que se creería
ser no sólo arrocinao,
sinó tamién del recao
de alguna moza pueblera:
¡Ah Cristo! ¡quién lo tuviera!...
¡Lindo el overo rasao!
3
Como que era escarciador,
vivaracho y coscojero,
le iba sonando al overo
la plata que era un primor;
pues eran plata el fiador,
pretal, espuelas, virolas,
y en las cabezadas solas
traia el hombre un Potosí:
¡Qué!... ¡Si traia para mí,
hasta de plata las bolas!
4
En fin, como iba a contar,
Laguna al río llegó,
Contra una tosca se apió
y empezó a desensillar.
En eso, dentro a orejiar
y a resollar el overo,
y jué que vido un sombrero
que del viento se volaba
de entre una ropa, que estaba
más allá, contra un apero.
5
Dió güelta y dijo el paisano
-¡Vaya Záfiro! ¿qué es eso?-
Y le acarició el pescuezo
con la palma de la mano.
Un relincho soberano
pegó el overo que vía
a un paisano que salía
de la agua en un colorao
que al mesmo overo rosao
nada le desmerecía.
6
Cuando el flete relinchó,
media güelta dió Laguna,
y ya pegó el grito: -¡Ahijuna!
¿No es el Pollo? –Pollo, no,
ese tiempo se pasó,
(contestó el otro paisano),
ya soy jaca vieja, hermano,
con las púas como anzuelo,
y a quien ya le niega el suelo
hasta el más remoto grano.
7
Se apió el Pollo y se pegaron
tal abrazo con Laguna,
que sus dos almas en una.
acaso se misturaron.
Cuando se desenredaron,
después de haber lagrimiao,
el overito rosao
una oreja se rascaba,
visto que la refregaba
en la clin del colorao.
8
-Velay, tienda el cojinillo,
Don Laguna, siéntesé,
y un ratito aguárdemé
mientras maneo el potrillo:
vaya armando un cigarrillo,
si es que el vicio no ha olvidao;
ahi tiene contra el recao
cuchillo, papel y un naco:
o siempre pico el tabaco
por no pitarlo aventao.
9
-Vaya amigo, le haré gasto…
-¿No quiere maniar su overo?
-Déjeló a mi parejero
que es como mata de pasto.
Ya una vez, cuando el abasto,
mi cuñao se desmayó;
a los tres días volvió
del insulto, y crea, amigo,
peligra lo que le digo:
el flete ni se movió.
10
-¡Bien aiga, gaucho embustero!
¿Sabe que no me esperaba
que soltase una guayaba
de ese tamaño, aparcero?
ya colijo que su overo
está tan bien enseñao,
que si en vez de desmayao
el otro hubiera estao muerto,
el fin del mundo, por cierto,
me lo encuentra allí parao.
11
-Vean cómo le buscó
la güelta… ¡bien aiga el Pollo!
Siempre larga todo el rollo
de su lazo… -¡Y cómo no!
¿O se ha figurao que yo
ansina nomás las trago?
¡Hágasé cargo!... –Ya me hago…
-Prieste el juego… -Tómeló.
-Y aura, le pregunto yo
¿qué anda haciendo en este pago?
12
-Hace como una semana
que he bajao a la ciudá,
pues tengo necesidá
de ver si cobro una lana;
pero me andan con mañana,
y no hay plata, y venga luego.
Hoy no más cuasi le pego
en las aspas con la argolla
a un gringo, que aunque es de embrolla,
ya le he maliciao el juego.
13
-Con el cuento de la guerra
andan matreros los cobres.
-Vamos a morir de pobres
los paisanos de esta tierra.
Yo cuasi he ganao la sierra
de puro desesperao…
-Yo me encuentro tan cortao,
que a veces, se me hace cierto
que hasta ando jediendo a muerto…
-Pues yo me hallo hasta empeñao.
14
-¡Vaya un lamentarse! ¡ahijuna!...
Y eso es de vicio, aparcero:
a usté lo ha hecho su ternero
la vaca de la fortuna.
Y no llore, Don Laguna,
no me lo castigue Dios:
sinó comparémelós
mis tientos con su chapiao,
y así en limpio habrá quedao
el más pobre de los dos.
15
-¡Vean si es escarbador
este Pollo! ¡Virgen mía!
Si es pura chafalonía…
-Eso sí, ¡siempre pintor!
-Se la gané a un jugador
que vino a echarla de güeno.
Primero le gané el freno
con riendas y cabezadas,
y en otras cuantas jugadas
perdió el hombre hasta lo ageno.
16
¿Y sabe lo que decía
cuando se vía en la mala?
El que me ha pelao la chala
debe tener brujería.
A la cuenta se creería
que el Diablo y yo… -¡Cállesé,
Amigo! ¿no sabe usté
que la otra noche lo he visto
al demonio? -¡Jesucristo!...
-Hace bien, santígüesé.
17
-¡Pues no me he de santiguar!
Con esas cosas no juego;
pero no importa, le ruego
que me dentre a relatar
el cómo llegó a topar
con el malo, ¡Virgen Santa!
Sólo el pensarlo me espanta…
-Güeno, le voy a contar,
pero antes voy a buscar
con que mojar la garganta.
18
El Pollo se levantó
y se jué en su colorao,
y en el overo rosao
Laguna a la agua dentró.
Todo el baño que le dió
jué dentrada por salida,
y a la tosca consabida
Don Laguna se volvió,
ande a Don Pollo lo halló
con un frasco de bebida.
19
-Lárguesé al suelo, cuñao,
y vaya haciéndose cargo
que puede ser más que largo
el cuento que le he ofertao:
desmanee el colorao
desate su maniador,
y, en ancas, haga el favor
de acollararlos… -Al grito:
¿es manso el coloradito?
-¡Ese es un trebo de olor!
20
-Ya están acollaraditos…
-Déle un beso a esa giñebra:
yo le hice sonar de una hebra
lo menos diez gorgoritos.
-Pero esos son muy poquitos
para un criollo como usté,
 capaz de prendérselé
a una pipa de lejía…
-Hubo un tiempo en que solía…
-Vaya amigo, lárguesé.
                                        (1866)
Versos de Estanislao del Campo


(se ha respetado la grafía y puntuación original)