domingo, 30 de junio de 2013

ACLARANDO RAYAS

Algunos me miran mal
porque no vivo a lo rico;
el rancho está muy pelao
y el patio está desprolijo.

Dicen que debía hacer quinta;
plantar  muchos “ocalitos”
y hasta votar po’el gobierno
pa’ tener un puesto lindo…

Yo, pa’ decir la verdá,
de esas cosas no preciso;
es más grande lo que sueño
y más variao lo que miro…

No quiero plata a montones,
yo la gasto de a poquito…
y que de a poquito venga
así no recargo el cinto…

Prolijo o despreocupao
no haciendo mal, da lo mismo…
Si al que mira no le gusta
que cambie a su vista el trillo…

Además, sabe la gente,
que yo a naides le prohíbo
que haga quinta, adorne el rancho,
o plante mucho “ocalito”.

Y menos que vivan pobres
los que quieran morir ricos;
ni que “lamba la coyunda”
pa’ alcanza algún destino…

Si pa’ quedarme me sobra,
pa’ dirme, también, colijo!
Y siempre’óido que los pobres
van pa’l cielo derechito…

¿Será por eso que el cura
si les reza, no hace ruido,
y canta fuerte empujando
pa’l cielo’el alma’e los ricos…?

He de seguir como soy!
Que otros planten “ocalitos”,
yo con lo poco que tengo
me voy mareando muy lindo.

Sabido es a las mortajas
naides les pone bolsillos…
Y si ese viaje es largón…
hay que hacerlo de vacío,
¿pa’ que debo andar cargao
en un trecho corto y lindo,
donde me gusta cantar
más que plantar “ocalitos”…?

Versos de Sandalio Santos
                     -uruguayo-

viernes, 28 de junio de 2013

PUESTO CRIOLLO

Rancho pobre de un mensual
lindero de un arroyito
tras un monte d’eucalito
y un ancho cañaveral,
todito blanquiao con cal,
algo petisón de afuera,
pero ya de la tranquera
se le ve el horno de barro,
la bomba, plantas en tarros
y un cerco de enredadera.

La cocina es muy sencilla
-se va a dar cuenta al entrar-
junto a la vieja “Istilar”
una pilita de astillas;
dos bancos largos, tres sillas,
la mesa larga y coqueta,
con florero y con carpeta
prolijamente bordada
y tras la puerta colgada
la bolsa con la galleta.

Enfrente de la ventana
la máquina de coser
donde siempre la mujer
remienda, zurce o hilvana,
una cajita alazana
es costurero, presumo;
allá por el techo, el humo
se enrieda en la telaraña
y del otro lao: la caña
con algo para el consumo.

Al lao, la pieza chiquita
con cama catre y ropero,
un retrato del puestero,
el baúl, una mesita;
por si cayeran visitas
hay manta’ y ponchos doblao.
Con una lezna ha clavao
el mayor de los cachorros
la foto grande de “El Zorro”
cuando Nielsen lo ha montao.

Hay otra pieza a la vez
-esa es la del matrimonio-
color “florcitas de otoño”,
será… de cinco por tres,
la cama, de bronce es,
la mesa de luz, divina,
el ropero haciendo esquina,
en un rincón la escopeta,
y abajo de la banqueta
el tarro de acaroína.

Así es, como les digo
el rancho de este paisano,
si gusta, golpeé las manos
que va a encontrar un amigo,
un catre, un plato, un abrigo
y la sincera amistá,
entre tanta soledá,
rodeao de tanta simpleza…
¡Lo que le falta en belleza
le está sobrando en bondá!
                                   (10/1993)

Versos de Enrique Mario Cabrera

martes, 18 de junio de 2013

SOY DEL PAGO 'E MAGALENA

Soy del pago’e Magalena
y quiero ser su cantor…
en el pueblito de vieytes
trainta casas, la estación,
y alguno qui’otro boliche
que sirve d’entretención
al gauchaje, en día de fiesta,
ayí mesmo nací yo.

En antes, hace ya añares
por esas güeyas de Dios,
anduvo el indio indomable
resistiendo al invasor.

Más tarde los gauchos bravos
sin más armas qui’un facón,
una tacuara y un laso
y un ligero ridomón,
hicieron frente y peliaron
contra el tirano español.

Con los gauchos de mi pago
tamién la patria contó;
eyos pusieron su sangre,
su destresa y su valor,
pa’ lograr la independencia
que tantas vidas costó.
Soy del pago’e Magalena
y quiero ser su cantor…

Por esos campos yo anduve
entre la tierra y el sol,
y he seguío la mesma güeya
del gaucho trabajador;
como él he pialao baguales
y monté algún ridomón;
pa’l lao ‘e “La Vigilancia”,
con mi amigo Serveyón,
supe tropiar de lo lindo,
con  tropas de Casteló.

Otras veces, con carretas,
yegué hasta el Samborombón
pa’ golver cargao con cueros
por cuenta’el acopiador.
Verde mar de gramiyales
y margaritas en flor,
verde mar de lino y trigo
y maisales en sasón,
por esos campos alegres
anduve tropiando yo!
Soy del pago’e Magalena
y quiero ser su cantor…

Tal vez no tenga importancia
pa’algunos, mi prietensión,
pero ante un pago tan gaucho
y tan yeno ‘e tradición,
¿quién no se siente trovero,
guitarrero y payador…?


Versos de Pedro C. de María

domingo, 16 de junio de 2013

RECUERDOS DE UN ARREO

1
Contratao de capataz
ayá en mi “Pago Alsinero”
pa’rriar pa’ un pago surero
salimo con otros más.
Algo pocones, quizás,
pa’ la tropa que yevamos,
ya nos vimos dende’l vamos
en momentos medio feos,
pero… ¡los muchos arreos
jue la carta que mostramos!
2
Retozó la noviyada
en saliendo de la estancia
y áhi aprecié la prestancia
de mi gente’n la atajada.
¡Si hasta vi alguna coliada!
de algún noviyo porfiao
que al verse ansina tumbao
ya no buscó de’ncarar,
pues sintió en el paletiar
el rigor de lo enseñao.
3
Ansí me juí regordiando
y a veces me’ntreveraba:
cuando alguno se’spantaba
me lo tráiba ricostando.
Aura que’stoy ricordando…
¡que pial que se’chó un resero!,
una vaca con ternero
lo agarró desensiyao,
diba a mudar de montao
pero hasta a pie’ra campero…
4
Y pa’ bandiar “El Salao”
que’staba muy correntoso
por lo tanto peligroso
¡no quiera creerlo cuñao…!,
yo que nunca había nadao
me la vi medio fierona
y la hacienda cimarrona
hizo punta pa’ golverse,
pero al rato podía verse
la otra oriya tupidona.
5
Y no me puedo olvidar
de unos fieros temporales
que al no ver los animales
era difícil rondar.
Y cuantas veces armar
-una noche que había helao-
la cama con el recao
buscando un sitio oportuno,
ande se’chara el vacuno
tras de haberlo levantao.
6
Y que lujo las tropiyas…!
Había una’e redomones
-pa’lmirar a los mirones-
con la yegua doradiya.
 Si habré saboriao sestiyas…!
En las ruedas del fogón
había uno regüenón
y en las noches calidonas,
hacía vibrar las bordonas
si cuadraba la ocasión.
7
Cuando al yegar al destino
deseosos de descansar
nos vinieron a invitar
a la yerra de un vecino.
Había un mozo correntino
y el resto de la yanura,
amigazo, que hermosura
y que lujo pa’esigentes,
tantos piales diferentes
y aperos de preciosura.
8
Tras de otras tantas vivencias
y los deberes cumplidos
golvimos enriquecidos
de tan gauchas esperencias.
Cada uno pa’ sus querencias
rumbiamos cuasi al yegar,
y ayí me diba a premiar
tras de un viaje medio largo,
con un beso y un amargo
mi patrona, al desmontar.
                                     (3/03/1987)
Versos de Agustín Alberto López

jueves, 13 de junio de 2013

1938 -junio- 2013

DÍA DEL ESCRITOR


Digo Leopoldo Lugones
y “Romances del Río Seco”
y bien sé de que no peco
de andar entre figurones;
el yamariar de fogones
alumbra al gran escritor,
el que con un frío estertor
a su vida puso fin,
¡pero es siempre el paladín
que a “Fierro” le dio esplendor!

Carlos Raúl Risso (13/06/2013)

miércoles, 12 de junio de 2013

LA TROPILLA DE ABUELO

1
Tiene el viejo Tata Abuelo
una lindaza tropilla,
pero entre todos no ensilla
dos pingos del mesmo pelo,
atraviesa pampa y cielo
el paisano singular,
tuitos oyeron sonar
el tin-tin de su cencerro,
por el llano, por el cerro,
desde los Andes al mar.
2
Tiene un “zaino malacara”,
un flete como pintao,
es un redomón calzao
con una paleta clara,
no se con que tinta rara
le bautizó la natura,
bella y fogosa pintura
engarzada en cada pelo,
cruzando el azul del cielo
y el verde de la llanura.
3
Un “alazán testerilla”,
potrillo de linda laya,
que muestra una lista baya
del encuentro a la rodilla,
del borde de la barbilla
surgen dos listas gatiadas,
que suben por la quijadas
hasta llegar al frontal,
jugueteando entre el bozal
y las virolas plateadas.
4
Cuenta con un “doradillo”
que recién lo ha amadrinao,
hace poco que ha empesao
a despuntar el colmillo,
da gusto verle al potrillo
los pechos como grangeaos,
le asoman entrelazaos
del cuadril a los garrones,
lo mesmo que patacones
unos anillos rosaos.
5
Suma este gaucho nativo
un lindo flete “gatiao”,
que tiene un cuadril nevao
en el costao del estribo,
sobre él, con gesto altivo
del Don Quijote rural
galopa sobre el erial,
entre las fibras agrestes
y las miradas celestes
del florecido cardal.
6
Un “yaguané” color “ruano”
que tiene una lista blanca,
desde la cruz hasta el anca
como dibujada a mano,
el misterio soberano
que le da vida a las cosas,
pintura a las mariposas,
al ave, al tigre, al pimpollo,
le dio al caballito criollo
más colores que a las rosas.
7
A más tiene ese paisano
un “tostao” muy parejito,
es un redomón nuevito
que hasta hoy tiene orejano,
cuando cruza por el llano
con el sol medio inclinao,
forma el reflejo dorao
una simbólica estampa,
el cielo azul y la pampa
y el brioso flete “tostao”.
8
Un “oscuro”, prenda cara,
con una estrella en la frente,
que al mirarlo de repente
parece ser que alumbrara,
pues por esa seña rara
comenta el paisano arriero,
es al que lo ve primero
al redor de la madrina,
porque en la estrella ilumina
el reflejo del lucero.
9
Un “tordillo lunarejo”
que ostenta en los costillares,
unos vistosos lunares
dorados como oro viejo
con un manchón azulejo
sobre del cuadril del lazo,
y de retazo en retazo
como locas pinceladas,
bajan dos listas tiznadas
que se pierden el vaso.
10
El que es una galanura
es el “rosillo bragao”,
lo mejor que ha galopiao
bajo el sol de la llanura,
ornan la briosa figura
del lindo flete “rosillo”,
desde el pescuezo al codillo
un manchón bayo totora
jugando con la crin mora
desde la cruz al flequillo.
11
Del “pangaré rabicano”
daré las señas más finas,
tiene las patas barcinas
y salpicada una mano,
“-Con éste -dice el paisano-
cuántas leguas galopié,
y más de una vez crucé
la pampa de orilla a orilla;
es toda una maravilla
el potrillo pangaré”.
12
Cuando andan por áhi pasteándo
los llama con un silbido,
y obedeciendo al sonido
todos se acercan trotiando,
se oye un cencerro que andando
lanza tañidos al vuelo,
es que bajo el Patrio cielo,
cruzando entre cardo y puna,
va la madrina “cebruna”
de la tropilla de Abuelo.


Versos de Martín Castro