martes, 7 de marzo de 2017

SOLITARIA SINA-SINA

Al lao del embarcadero
cerquita de la bebida,
una planta bien erguida
le dio su sombra al resero.
Sina-sina fuiste alero
del “changarín”… del “linyera”,
y aunque espinuda y matrera
vos eras un rancho pampa
y se recortó tu estampa
al costao de la tranquera.

¿Quién te puso…? Nadie sabe
pero… ¡que bien ubicada!
Y si habrás prestao gauchadas
ya que otro nombre no cabe.
Un chingolito es el ave
que en tu ramaje anidó…
¡cuántos vientos anunció
cuando rojizos celajes
iban sangrando el paisaje
por donde el sol se escondió!

Había como un fogoncito
y con alambre de vía
una parrilla servía
pa’ quemar un churrasquito.
Hoy, pienso que ese arbolito
fue silencioso testigo
de esos años en que el trigo
rebalsaba en las planchadas
hasta ver vacía y pelada
la estación, como un castigo.

No sé si estás todavía
o si has desaparecido,
quizá el tiempo haya vencido
doblegándote día a día.
Pero a la memoria mía
le clavaste tus espinas
y te añoro bien genuina
rodeada de pajonal…
aparcera del corral
plantita de sina-sina.

Versos de Darío Lemos

lunes, 6 de marzo de 2017

DOS PAISANOS

Una mañana temprano
como pa’ fines de agosto
en un callejón angosto
se cruzaron dos paisanos,
uno montao en un ruano,
otro un overo azulejo,
con traza de venir lejos
llevaba de tiro un pampa,
por el porte, por la estampa,
los dos criollos y parejos.

- Güenos días, aparcero
(el del azulejo dijo,
el otro hombre prolijo
saludó con el sombrero);
disculpe, soy forastero
y ando tras de un rumbo vago.
-Nacido y  criao en el pago
aquí estoy pa’ lo que ofrezca.
-Se agradece. -No agradezca
que entre criollos no hay halagos.

-Soy del lao de Lobería
y ando campeando unos pingos,
me faltan desde el domingo
a la fecha, cinco días,
anoticiarme quería
porque yo, ni un rastro hallo.
-Y, ¿cómo son los caballos?
-Cuatro a saber: un cebruno,
un pangaré, un lobuno
y un potrillo overo bayo.

-Ayer a la tardecita,
crucé con una tropilla
y recuerdo un testerilla
y un zaino cola cortita,
si el cebruno que me cita
llava la cola al garrón,
el potrillo es retacón
y el lobuno sin tusar,
creo que lo haré rumbiar
con muy buena dirección.

-Ya tiene mi gratitú,
indique el rumbo, esos son.
-Siga por el callejón
hasta dar con un ombú,
de allí con rumbo pa’l su
unas dos leguas avance,
saldrá al boliche ‘El Remanse’
ayí los vide acampao,
si apura un poco el montao
pa’ la siesta les da alcance.

-De Irineo Centurión
vaya el agradecimiento
con mi mano el sentimiento
por esta gaucha atención.
-Si pega la vuelta, don,
mi nombre es Telmo Barraza,
como a media legua escasa
hallará un molino viejo,
tope con el azulejo
que allí encontrará su casa.


Versos de Víctor Nicolás Di Santo