sábado, 3 de marzo de 2012

DE LOS BAGUALES

¿No vido nunca un bagual
bagualazo en la manada,
que se tiende de una nada
y es arisco pa’l corral?

¿D’esos que hay, de ojos muy vivos,
de un risuello entrecortao;
que un solo nervio ha formao
que por bravos, son altivos?

¿D’esos potros soberanos
de los tiempos del Disierto,
del inmenso campo abierto
de otros tiempos, más paisanos?

¿D’esos baguales criollazos
qu’entuavía no se han juido,
que si en potrero han nacido
llevan la “pampa” en los basos?

¡D’esos potros…! ¿Nunca vido?
¿O no sabe que los hay,
y qu’es la mesma su lay
que otra lay no han conocido?

¿Y qu’esa lay es grandiosa,
qu’ellos la tráin al nacer,
qu’es eterno amanecer
d’esa raza poderosa…?

¿No sabe…?, es lay de “pampa”;
es una lay infinita
que revive y que palpita
de la qu’el potro es la estampa.

Es la lay d’inmensidá…
No está escrita en los papeles;
son sus riflejos más fieles:
potros, campo, libertá…

Podrán cruzarse alambraos,
hacer los campos potreros,
cambear güeyas y senderos,
dejar caminos trazaos;

mestizarse las haciendas,
elegirse las manadas,
tener cosas ordenadas
a un tironcito de riendas;

tuito eso, y mucho más,
podrá la mano ‘el cristiano,
pero hay cosas qu’el humano
no ha de poderlas jamás.

Lo que viene de una raza,
lo que se trái por istinto,
es un cantar muy distinto
no es harina que se amasa;

lo qu’el bagual trái en sí
es d’él, ha sido y será,
y de mientra’esistirá
naides dirá: lo vencí.

Como a los hombres, los potros,
se han de poder dominar,
pero el istinto acabar:
no lo podremos nosotros…

(1935)
Versos de Carlos Alberto Courbet

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