sábado, 24 de noviembre de 2012

EL ZAINO COLORAO

Tengo un “zaino colorao”
resfaloso y muy ligero
regalo de un estanciero
y por muchos ponderiao;
de muy chico lo he cuidao
con esmero y correción,
lo yevo en mi corazón
como un tesoro escondido,
porque’s mi pingo querido
¡mi norte y mi salvación!

Una ocasión por Tandil
me hablaron de un parejero,
más salidor y ligero
que la bala de un jusil;
corrí y le gané al cuadril
y a otro paraje rumbié
en donde me encarreré
con un “alazán tostao”
al que le gané cortao
en los Pagos de Carhué.

Ayá por “La Vizcachera
a un “loguno” muy mentao,
se lo dejé acalambrao
al final de la carrera,
y cruzando una pradera
me acerqué hasta Saladiyo
donde lo pelé a un “rosiyo”
cerquita de la estación,
largándolo a su patrón
descalzo y en calzonciyo.

En la estancia “La Enramada
del pueblo de Pergamino,
le gané al mentao “Zorrino”
de la marca ‘e los Estrada;
en otra esquina mentada
contra un “oscuro retinto”
me agencié un recao, un cinto,
y un montón de patacones,
y jue pa'unas elecciones
ayá por General Pinto.

Aura lo tengo a galpón
ya lo he pasao a retiro
y a veces cuando lo miro
me palpita el corazón,
también lo tengo a ración
a mi flete parejero
porque jue’l fiel compañero
de mi andar en las campañas,
hoy valoro sus hazañas
con cariño verdadero.

De tiempo y de vez en cuando
se me da por ensiyarlo,
por el gusto de tantearlo
eso que va galopiando,
al enroyarse escarciando
pegando la pera al pecho
relincha de trecho en trecho,
a las canchas reclamando,
demientras que va orejiando
sube tranquilo el repecho.
                     
Versos de Carlos César Farías

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