jueves, 8 de junio de 2017

VIEJO FACÓN

Viejo facón oriental
que un bisagüelo entrerriano
atravesando un pantano
encontró, por un casual.
De mi vida de mensual
sos una clara evidencia
y apegao a su existencia
sin por qué, cómo ni cuando
vas conmigo desvirando
los tientos de la pasencia.

Viejo facón cabo’e plata
gastao en la empuñadura,
hermano de mi cintura
y regalo de mi “Tata”.
Con vos tusé a aqueya ingrata
que me quiso basuriar
y tuve que lastimar
al que salió en su defensa
jurando sobre esa trenza
no volverme a disgraciar.

Sin embargo aqueya vez
que me despidió el patrón
aunque yo tenía razón
no quisite hacer de juez.
Por respeto a su vejez
me jui tragando amargura;
aún el recuerdo me apura
porque’n vez de hincharle el lomo
a mi mano, ¡ni sé cómo!
la sujeté en mi cintura.

Cuando la hija del puestero
se ahorcó por un mal amor
vos cortaste el maniador
qu’eya ató bajo el alero.
Cuando, con un pial certero
cayó un sotreta quebrao
vos mesmo lo has despenao
de la manera más crioya:
dentrándole justo en la ‘oya’
pa’ que muera desengrao.

Viejo facón, camarada,
de hoja delgada y filosa
sin mí, vos no sos gran cosa
y yo sin vos, no soy nada.
Tu punta en una rodada
me hizo un tajo en la cadera
pero la moza pueblera
que me atendió de’sa herida
con una pasión fingida
me hizo otra herida más fiera.

Viejo facón caronero
que en una tacuara larga
dentraste en la última carga
de un agüelo montonero.
Reliquia, plata y acero,
prolongación de mi brazo,
sos el amigo gauchazo
que me hará sentir más juerte
cuando al peliar con la muerte
¡le tire el último hachazo!

Versos de Carlos López Terra

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