martes, 17 de marzo de 2020

DESPEDIDA


(Motivo puntano de 1890)

¡Adiós, San José del Morro!
¡Adiós, Balde de Taboada!
Que me voy pa’ los disiertos
en mi mula colorada.
Ya no se oirá mi guitarra
en la puerta’e la cocina
mientras za’uma la tarde
de poleo y peperina.
¡Adiós, aloja y patai!
¡Adiós, los cercos de rama!
¡Adiós, también el telar
ande trabajaba mama!
Me despido de’sos valles
cubierto de algarrobal
ande corre la corzuela
y silba siempre el zorzal.
Adiós, mi ranchito viejo:
quizás no te vuelva a ver…
que me voy por el delito
de fiarme de una mujer.
Nunca más m’hei de dar yo
a otras hembras por entero
porque cambian el cariño
como la víbora el cuero.
Y agora… ¡Dios me perdone!
aunque yo no lo haiga hecho,
pues al otro lo dejé
con un buraco en el pecho.
Y que sirva de lección
a los que tienen por güeno
el meterse a pastoriar
adentro de campo ajeno.

Pura jarilla y guadales
se vuelve la travesía
y más triste que las penas
que agobian el alma mía.
Quema el sol; a’uga la arena…
Y allá entre los alpatacos,
va juyendo viento arriba
una tropilla’e guanacos.
¡Velay la mulita guapa
que me trae de tan lejo!
Me hace dormir su ‘marchado’
por lo suave y lo parejo…
y es pa’ pior que’so me ocurra
porque dentro a soñar fiero
que estoy al ladito d’ella
diciéndole que la quiero
pa’ despertarme de golpe
y cáir a la realidá.
¡Epa, mula! ¿Qué te pasa
que tanto te alborotas?
¿Ventiaste el agua? ¡Qué suerte!
¡Bien clarito se te nota!
¡Como que dende ayer tarde
no probamos ni una gota!

Ya se divisa el río Quinto
y sus montes de chañares
y también diviso yo
el final de mis pesares.
Ya estoy en los campos libres
ande el destino me lleva.
¡Quede mi pasado atrás;
empecemos vida nueva!
Ya estoy en los campos libres
ande no hay nadie que mande;
no se ve ni un alambrau
y canta la perdiz grande.
Y será hast’otra ocasión
si Dios me conserva vivo.
Mi nombre es: Emereciano,
Gatica, mi apelativo.

Versos de Justo P. Sáenz (h)

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