sábado, 30 de julio de 2011

LOS MEDINA

Crisantos S. Medina
es tuito mi apelativo
y me crié solo, al descuido
como guacho en la cocina.
Me acuerdo que mi madrina
era una tal Ladislada
Q.E.P.D…. finada
y comadre de mi máma:
entre’l bául, bajo’e la cama
tengo a las dos retratadas.

Los Medina, compañero,
hemos sido siempre muchos
y he óido que de Ayacucho
dimanaron los primeros.
Mis abuelos de puesteros
supieron tener sus mentas
y si no echo mal las cuentas
siempre alegaba mi máma,
que’l prencipio d’esa rama
era una mesma osamenta.

Veneranda Altamirano
se llamaba mi patrona
y se cortó ya viejona
porque se pasmó de un grano.
Pa’ ese mesmo año el gusano
m’hizo raliar la tropilla,
y un picazo gargantilla
medio loco y mañerazo,
al volcar un tiro ‘e lazo
me resintió de la esliya.

Mi padre jué hombre muy reto,
de poca risa y calláo
y ande quiera ponderiao
con estima y con respeto.
Por eso que si me meto
a pintarlo bien al hombre,
vea cuñao, no se asombre
que dentre a querer llorar,
porque me sabe pasar
¡cada que me acuerdo el nombre!

Mi hermano mayor, Cerilo,
se jué pa’l láo de Dolores
con unos esquiladores
más priendido que pabilo.
Tuvo la vida en un hilo
en destintas ocasiones;
unas veces… con razones
y otras… pa’ quitarse el gusto
de ver envainar de susto
a muchos gauchos bravones.

Belisario es domador,
alvertido en su trabajo
y p’amansar bien de abajo
ponderiao como el mejor.
Es jinete de valor
de pacencia y delicao,
hombre que ni un sancochao
le va dejar a un patrón,
porque entrega un redomón
como pa’ juir enancao.

Dispués los otros hermanos
Zoilo, Ulogio y Azuceno,
jueron reseros muy güenos
cumplidores y baquianos.
El más pior, salió Mariano
que se dio a la mala vida,
a causa de una perdida
que lo había engualichao
y en los boliches mamao
lo dijuntió la bebida.

Las hermanas se casaron
con Cuevas, Tapia y Tolosa,
de Contreras y de Sosa
las menores enviudaron;
unos hijos les quedaron
a las pobres para criar
y ellas, pa’ poder ganar
y vivir honradamente,
le pedían a la gente
ropa sucia pa’ lavar…

Eleuterio N. Medina,
que hoy ha perdido la vista,
jué un ponderiao galerista
que salía de “La Quínua”
era asquerosa esa esquina
por la que gente que atracaba,
que a cada una que se armaba
siempre alguno era finao,
que lo habían despachao
por las carreras o taba.

Estamos emparientaos
con Serapio Argañaraz,
entenao de un capataz
que se augó allá en el Salao.
Y justamente, el gatiao
que ensilló el hombre ese día,
lo muentan las hijas mías
y sabe ser el nochero,
está los güesos y el cuero
pero sirve todavía…

Aura tienen bien pintao
quienes somos los Medina,
gauchos parejos ansina
(perdonen si he ponderiao).
Gente criolla, que ha llegao
a pagos de toda laya,
amistá que nunca falla,
mano gaucha sin traición,
entraña de un corazón,
de otros tiempos… ¡Ah malaya!

Versos de Omar J. Menvielle

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