domingo, 30 de septiembre de 2012

EL LUNAR DE LA TROPILLA

Pico blanco, gargantilla
y zarco del lao del lazo,
supe tener un picazo
de lunar en mi tropilla.
Era de laya sencilla
y sin yel pa’ galopiar;
yo lo he sabido probar
en destintas ocasiones,
cuando esegían los patrones
saberse desempeñar.

Dib’abarajando el freno
haciendo lucir las priendas
y jugando con las riendas
era tranquilo y sereno;
bagualito más que güeno
nunca lo podré olvidar,
por eso han de dispensar
o criticarme si acaso
que cantándole al picazo
no los deje resollar.

Picazo, mi pensamiento
quiero sincero atracarte
y dentrar a alabanciarte
como es tu merecimiento;
no es charla ‘e cocina o cuento
ponderiar tus condiciones,
son verdades de a montones
las que dejaste a tu paso,
porque vos juiste picazo
motivo ‘e conviersaciones.

Cuando dentraba a un poblao
y pisaba las orillas,
se hacía un arco y de costillas
se pasiaba atravesao;
a veces de lao a lao
de la calle sabía dir,
pa’ mi era el de conseguir
y por causa ‘e las mujeres,
lo enyené de amaneceres
y de noches sin dormir.

A una yerra de convite
ande cayí de goloso,
hice yunta con un mozo
al que no le di desquite;
como verso de confite
quedó el paisano arroyao
se le acabó un colorao
más ligero que un balazo
y yo seguí en el picazo
como si hubiera empezao.

Por eso que en este día
en que lo estoy recordando,
con gusto le voy cantando
la mejor milonga mía
y es muy grande mi alegría
cuando le canto al picazo,
porque en verdá jue un pingazo
el lunar de mi tropilla,
pico blanco, gargantilla
y zarco del lao del lazo.

Versos de Omar J. Menvielle

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