sábado, 31 de mayo de 2014

AUNQUE LE PAREZCA CUENTO

             (relato)
1
Yo nací en suelo pampeano,
a “La Pampa”, por trabajo,
la’nduve, de arriba a’bajo
en invierno y en verano,
supe oficiar de baquiano
en más de una cacería,
de áhi que tengo la baquía
de, conocer, que le conste,
fachinal, médano, monte
y toda su geografía…
2
En la estancia “El Pangaré”,
lindante a “La Overa Guacha”
qu’está saliendo de Acha,
como quien va pa’ “Quehué”
varios años trabajé
en ese establecimiento,
el tiempo con paso lento,
l’echa luz, a mi memoria,
y allí sucedió esta historia
que ya nomás se las cuento…
3
Por orden del estanciero,
fui a rejuntar la majada
que encerré en una ensenada
donde aparté, cien corderos…
los llevé hasta otro potrero,
trabajando sin cachaza,
y cuando la noche abraza
al campo, con cierta bruma,
me dentró en el lote un puma,
como pancho por su casa.
4
El puma que había bajau,
sigiloso y oportuno,
casi, no me deja ni uno,
de los cien que había apartau…
muy astuto, el condenau,
que tanto daño causara,
eso hizo que me enojara
y ante tal carnicería…
pa’ mis adentros decía,
“esta te va a costar cara”.
5
Y les solté a los demás…
palabras, que’l odio suma,
“-Hasta que no encuentre al puma,
al puesto, no vuelvo más”
y, así sin mirar atrás,
para el monte enderecé…
lógicamente, que alcé,
la cantimplora, un ponchillo…
el revolver, el cuchillo,
y un solo perro, “El Painé”…
6
Cuando la dicha, me alcanza,
de cortarle el rastro al “león”
sentí un enorme alegrón,
abrigando la esperanza
que semejante matanza
no fuera a quedar impune,
y en lo que’l suelo reúne
vi con la vista azorada…
que’ran aquellas pisadas
más grandes que las comunes…
7
El tiempo que lo rastrié,
me dio su fruto, canejo…
“Este no debe estar lejos”
-en silencio medité-,
de los ojos de “Painé”
se desprendió un chisperío,
pero, yo le aplaqué el brío,
porque’s de esos perros leales,
si no lo chumbo no sale
ni a la rastra de al lau mío.
8
Y en cuantito el fachinal
entreabrió, su entraña oscura,
y se ralió la espesura
por mandato natural…
pude verlo, al animal
sobre de un caldén caído,
bien a lo largo tendido,
el sol, cayéndole a pleno…
de puro agotau y lleno,
completamente dormido…
9
A juzgar por su figura
por lo cabezudo y grueso,
por el tamaño y el peso
no era normal su estructura…
como quien no le da usura
al ansia que lo acollara,
antes que se despertara
la distancia calculé…
y entré a chumbarle a Painé,
para que me lo empacara…
10
¡Qué salto pegó el salvaje!
y se encrespó como un cerro
cuando vio venir al perro
entre el ruido del ramaje,
y sin que nada me ataje
me le fui al humo áhi nomás,
y al ver bien al montaraz
me resultó impresionante…
bien fornido de adelante
y medio achatau de atrás.
11
Sobre su cuero gateau…
le resaltaban algunas,
manchas redondas, lobunas,
que le vide a cada lau…
“Painé” estaba reatorau
porque no tenía respiro,
zafó con un par de giros
y antes de que me lo aprese…
le gatillé cinco veces,
y no me salió ni un tiro!
12
Como luz pelé el cuchillo
el perro le atajó el paso,
pero recibió un zarpazo
que, lo tiró hecho un ovillo…
su mirada cobró brillo
sanguinario y asesino,
yo pensaba que el felino
libre del perro huiría…
¡qué gran error, Virgen mía!,
con qué angurria se me vino.
13
Yo agazapau lo esperaba,
el poncho arrollao al brazo
que de aguantarle zarpazos
hecho girones quedaba…
el gruñía, yo putiaba,
los dos con mala intención,
como contraposición
se me venía hecho un ovillo,
y mostraba los colmillos…
yo le enseñaba el facón.
14
Al facón lo respetaba
y yo pensé que aquel pillo,
ya habría probau el cuchillo
en otra trenzada brava,
cada vez más me apuraba
y yo a bajarlo me aferro…
de punta le mandé el fierro
hasta que al fin lo prendí,
una le encajé por mi,
y como diez por el perro…
15
Y en cuanto cayó vencido
por Dios que me persigné
y me fui a ver a “Painé”
que exhaló un débil quejido,
estaba muy mal herido
por bravo, leal y corsario,
“-Lo que te hizo el sanguinario
yo te lo voy a curar,
aunque tenga que estudiar…
pa’ dotor veterinario”.
16
Descansé un rato y me alcé
con el cuero de la fiera,
que posiblemente era,
cruzau con yaguareté,
despacio al perro cargué
que’n verdá’estaba hecho escombro
llegué al puesto ante el asombro
con un cansancio machazo,
el perro herido en los brazos,
y el cuero del puma al hombro…
17
Y esta es la historia total…
que los mantuvo en suspenso,
si todo tiene comienzo
también tiene su final…
Si cree que es o no real
eso depende de usté,
fue en la estancia “El Pangaré”
lindante a “La Overa Guacha”
que está saliendo de Acha…
como quien va pa’ Quehué…


Versos de Jorge A. Soccodato

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