viernes, 20 de diciembre de 2024

NACIDO EN LA TROPA

 Hace un mes largo de viaje

Que solo atrás de la tropa,

Se escucha un ronco “opa opa”

Como el único mensaje.

El mugido del vacaje

Le tira al viento un floreo;

Y entre gritos y escarseo

En caminos desolaos,

Va un pampita colorao

Que ha nacido en pleno arreo.

 

 Ernesto Andreoli es quien soy

“Hilarion” pa’ los camperos,

Y mi oficio es ser resero

A cada lugar que voy;

Como siempre arreando estoy

Por decisión sin querella,

Que de tanto andar la huella

Entre tumbos y lonjazos

Es mi único cielo raso 

Un poncho lleno de estrellas.

 

Un tiempo fui peón puntero

En un puesto aquerenciao,

Pero el perro aunque esté atao

No deja e’ ser callejero;

Amadrinao al sendero

Habré de seguir tropeando,

Tiempos idos recordando

En cuentos que desilacho;

De mis años de muchacho

En qué supe andar domando.

 

Y aura que viejo y mañero,

Quejumbroso en cuanto arranco,

Viajo tranquilón y al tranco

Como matungo carguero;

De la feria al matadero

Ando al sonar del candao,

De un pobre chuzo gateao

Que ya ni empuja en la manga

Hasta que quede una changa

O se me gaste el recao….

 

Versos de Lucas Aguirre

jueves, 19 de diciembre de 2024

EL SALTO DE LA MAROMA

 De mis tiempos de chicuelo,

recuerdo más de una hazaña

y sobre un potro de maña,

salir montao dende’l suelo;

hacía de vincha, el pañuelo,

como el bagual, coloro,

que puertiando al descampao

dende’l corral palo a pique,

iba el gaucho a lo cacique

castigando al reservao.

 

Me acuerdo, de un ternejal,

que’n un concurso de doma,

se largó de la maroma

sobre’l lomo de un bagual;

que poste, horcón o puntal,

eran lo mesmo pa’l caso;

dos o tres vueltas de lazo

a cierta altura y tirante,

quedaba el hombre colgante

balanceándose en lo raso.

 

Gusto daba la fagina

viendo a los apartadores,

y a los potros cociadores

alborotando la clina;

cuando una yunta ladina,

obedeciendo un mandao

lo trásiban como entubao

paletiando en la reyerta

en dirección a la puerta,

a un lobuno entrecruzao…

 

se dio vuelta, y de un vistsazo,

el que estaba suspendido,

apenas el potro vido

hizo juerza sobre’l lazo,

esperó el encontronazo,

y ni bien le vido el tuz,

como un relámpago’e luz

se rafaló en el sotreta

y a lo gaucho, hecho una horqueta

quedó entre’l lomo y la cruz.

 

La zurda sobre los tuses

y la guacha castigando.,

iba el bagual corcoviando

entre las últimas luces;

por ´áhi, en uno ‘e los cruces

enfilando unos pantanos,

el potro se alzó de manos

y al boliarse quebrantao,

el hombre cayó parao

con la guacha entre las manos.

 

Por áhi se agrandó la rueda

porque otro, a cual más ladino!

de la ramazón de un pino

se colgó como una seda:

era el quilmeño Tejada

que’n el concurso no entró;

pero el hombre demostró

su habilidá en esa doma

al largarse’esa maroma

sobre un zaino que enfilo…

 

Viejo y todo como está,

si alguno apuesta unos pesos,

le largó un paisano de’sos

pa’ mostrar su habilidá;

y aunque lo nieguen acá,

o por allá por la loma,

estas hazañas de doma

yo afirmo como Echenique,

y en corral de palo a pique,

“el salto de la maroma”…


 (bastante anterior al año 1941)


Versos de Bartolomé Rodolfo Aprile

martes, 17 de diciembre de 2024

PA' MI EMPRENDAO

En una seca tremenda

cayó a la aguada un bagual,

como pidiendo un bozal,

cabresto, bocao y rienda.

Era más bien una ofrenda

despertando mis antojos;

clinudo, tapao de abrojos,

asustao de cualquier cosa,

con una estampa asombrosa

y un desconfiar en los ojos.

 

Era un oscuro tapao

que merece ponderarlo,

y ahí nomás al contemplarlo

ya me sentí enamorao.

Recordando a mi emprendao

me venció la tentación,

y a pesar del apurón

en disparar de la aguada

vino a quedar en la armada

por arisco y cimarrón.

 

Cuando le puse los cueros

una mañana en el puesto,

campo afuera, echando el resto

hicimos gritar los teros.

Pasé unos trances muy fieros

pues me tuvo a maltraer;

la vincha me hizo perder

beyaquiando el vivaracho,

¡pero cuando uno es muchacho

el peligro es un placer!

 

Hoy tan cuidao y mimoso

su pelo es un solo brillo

y únicamente lo ensillo

con mi emprendao relumbroso.

Desconfiao, ágil, fogoso

coscojero y juguetón,

y entre tanta admiración

en é, luciemndo mis prendas,

no le envideo las haciendas

ni el capital al patrón.

 

Versos de Pedro Risso


jueves, 12 de diciembre de 2024

PAGO

 Emparvado de trinos, hasta rayar el cielo,

mi pago fue un rastrojo llovido de canciones;

se floreaba de chinas cada tranquera suya

y eran lujo de cintas las guitarras más pobres.

 

Las mozas más gallardas y los gauchos más diestros,

nacieron a proeza de pericón y lazo.

¡Caritas de sus mozas, afelpadas de lunas,

tostaditas a penas por los soles más bravos!

 

Sus pocas pulperías, barajadas de trucos,

hendían de banderas primorosas, el aire;

que en las ramadas frescas era todo canción

y en los vasos culones todo ginebra “Llave”.

 

Nunca hubieron cuadreras más bravas que las suyas

y era cancha aparente cualesquiera camino.

Para tirar la taba, buenazo hasta el zanjón…

(Y hasta se dice de alguien que la clavó en el río).

 

Corrida sortijera le fue todo galope;

hasta capar un gato se enfiestaba de yerra;

25 de Mayo cada domingo suyo

y esquila populosa cerceñar una oveja.

 

Payada eran los gritos para arriar a la hacienda;

eran en cada día, banquetones sus locros.

Y para que a mi pago no igualara ninguno,

¡macachines los yuyos, y hasta los perros, gordos!

 

(No digo de la china bizarra de mi rancho,

con dos noches pampeanas desbordando en los ojos).

                                                             (anterior a 1929)

 Versos de Diego Novillo Quiroga