martes, 17 de diciembre de 2024

PA' MI EMPRENDAO

En una seca tremenda

cayó a la aguada un bagual,

como pidiendo un bozal,

cabresto, bocao y rienda.

Era más bien una ofrenda

despertando mis antojos;

clinudo, tapao de abrojos,

asustao de cualquier cosa,

con una estampa asombrosa

y un desconfiar en los ojos.

 

Era un oscuro tapao

que merece ponderarlo,

y ahí nomás al contemplarlo

ya me sentí enamorao.

Recordando a mi emprendao

me venció la tentación,

y a pesar del apurón

en disparar de la aguada

vino a quedar en la armada

por arisco y cimarrón.

 

Cuando le puse los cueros

una mañana en el puesto,

campo afuera, echando el resto

hicimos gritar los teros.

Pasé unos trances muy fieros

pues me tuvo a maltraer;

la vincha me hizo perder

beyaquiando el vivaracho,

¡pero cuando uno es muchacho

el peligro es un placer!

 

Hoy tan cuidao y mimoso

su pelo es un solo brillo

y únicamente lo ensillo

con mi emprendao relumbroso.

Desconfiao, ágil, fogoso

coscojero y juguetón,

y entre tanta admiración

en é, luciemndo mis prendas,

no le envideo las haciendas

ni el capital al patrón.

 

Versos de Pedro Risso


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