domingo, 21 de julio de 2013

AL DEJAR LA MADALENA

Al dejar la Madalena
la mañana en que me fui,
cruzando el Rincón de Noario
pensé qué será de mí…

El lugar donde se nace
nunca se puede olvidar,
y sin poder regresar
el corazón se deshace…
Así pase lo que pase
todo nos lleva a la pena,
porque no hay peor condena
que despedirse y partir,
yo no he hecho más que sufrir
al dejar la Madelana.

Ay luces de madrugada
cuando el que ensilla se ausenta
parece que caen en cuenta
de tan tristes y apagadas.
Bajo unas nubes cortadas
monté en silencio y partí;
con la vista recorrí
las cosas que tanto amaba,
y el recuerde me anegaba
la mañana en que me fui…

Aquel que cambia de suelo
precisa ser hombre fuerte,
pues suele escasear la suerte
bajo otro sol y otro cielo.
Si sufre no halla consuelo
y si muere va a un osario,
yo marqué mi calendario
con la más ruda tristeza,
cuando volví la cabeza
cruzando el Rincón de Noario…

Se perdió en las brillazones
mi rancho con el sauzal,
la enramada y el brocal
de mis tiernas emociones.
Los rezos y las canciones
que de mi madre aprendí,
al corazón las vertí
para que hallasen cuidado;
y más allá del Salado
pensé que será de mí…

Versos de Francisco “Paco” Lanusse

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