lunes, 8 de julio de 2013

LOS DOS FLETES

Yo nunca he entablao tropilla,
soy pobretón, compañero,
como otros lucen bordaos,
yo ando amostrando rimiendos.
No conozco bota juerte,
tampoco alpargata o zuecos,
medio me alivean los pieses
asigún discargue el tiempo,
total, ni yo ni el camino,
los vamos a echar de menos.
Pero mire, pa’l trabajo,
soy sacao de lo parejo,
por eso en mi garrerío
no verá que falte un tiento,
y si va a campiar los cobres
que han pasao por mi chanchero,
los hallará en los cogotes
de los dos fletes que tengo:
en el overo rosao
y en el overo azulejo.
¡Mis caballos! ¡Quién diría,
que los elegí de intento
pa’ amostrar en sus pelajes
mis instintos de andariego.
Ni bien despunta la aurora
ya los ranchos sonñolientos
me ven agarrar camino
tarariando en un overo.
Es el overo rosao
es la aurora de mi empeño,
sol recién nacido en sangre
sobre el albor de los cielos,
si no lo muento al clariar,
se me hace que no amanezco.

La mañana trae la tarde
por esos rumbos abiertos,
y como soy delicado
pa’ emparejar los ejemplos,
por los caminos del campo
cualquiera verá que llevo
tras del overo rosao,
cabrestiando el azulejo.
Y cuando he ganao mi día
trajinando pa’l ajeno,
al venir la sobretarde
como azulando los cerros,
otros ranchos y otros pagos
me verán pasar de lejos
lindamente, escarranchao,
tarariando en un overo.
Carculará que el montao
es el overo azulejo,
sobretarde de mis años
con nubarrones de invierno.
Si no me siento sobre él,
se me hace que no anochezco.

Yo nunca he entablao tropilla,
pero el pobre compañero,
debe tener algún lujo
pa’ rimediar cuando menos.
Yo me siento en mis caballos
como si ensillara el tiempo
y voy camino adelante
sin discutir con el cielo,
de mañana en un rosao
de tarde en un azulejo…

Versos de Osiris Rodríguez Castillo
                           (uruguayo)


(Versión tomada de un registro discográfico)

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