jueves, 2 de enero de 2014

MEDIO CUATRERO

1
Cansao de comer peludo,
de comer pichi y ñanduces,
me dijo Juan: “¿y si al cruce
nos boleamo’algún coludo?”,
le contesté corajudo
que para poder carniar
seguro había que’star
una noche en la laguna,
y si hay suerte, con la luna
tal vez podríamos boliar.
2
Con un par a cada uno
de boliadoras potreras
detrás de unas cortaderas
nos ocultamo’oportuno.
Juan había visto un lobuno
que a la laguna bajaba,
muy bagual, pero que andaba
con unas yeguas mansonas
que parecían redomonas
porque una tusada estaba.
3
Después de buscar el viento
para no ser olfatiao
nos hayó la noche, echao,
pero con el óido atento.
De pronto, como un lamento
se oyó a lo lejo’un bufido,
y a Juan, que se había dormido,
lo desperté de tirón
diciéndole: “Dormilón,
¿a que mandinga has venido?”.
4
Ya había levantao la luna
cuando se escuchó el trotón
de las yeguas en montón
yegar hasta la laguna.
Juansito me dijo: “¡Ahijuna,
no te’ntrés a enloquecer,
vos las tenés que mover
antes que tomen mucha agua
que arriba de las enaguas
yo se las voy a poner!”.
5
Me corrí medio agachao
y como andaba de apié
con un grito atropeyé
revoliando entusiasmao,
le descolgué a un colorao
que ni vio mis boliadoras
gritándole: “Ahora, ahora,
asegure que se van!”
y alcanzando a ver que Juan
boliaba una yegua mora.
6
Ni bien le dije: “¡Boliaste!,
me contestó rezongón:
“¡la pucha que sos chambón!
¿cómo al montón le tirastes?”
Y entre diversos contrastes
y algunas bromas pavotas
me dijo: “Con las grandotas
áhi tenés sardina en lata,
y vos que andás medio en pata
podés sacarle las botas”.
7
“Yo viá sacarle el corrión
del riñón a la clinera,
y me dijo: “La encimera
sacásela vos, chambón”.
Le contesté compadrón:
“y las lonjas, ¿quién las pela’?
Pero él me dijo: “Vo’hacela
que cuando la seque el viento
te viá sacar unos tientos
como cuerdas de vigüela”.
8
Y así, con trampas y cueros
y bolas pa’ los baguales,
éramo’en campos fiscales
una yunta de cuatreros,
hasta que un invierno fiero
nosa dijimo’ “¡hasta otro día!”
y hoy, que lindazo sería
viejo Juan, volver a hayarte,
¡aunque tenga que vistiarte
de contento y de alegría!

Versos de Saúl Huenchul

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