jueves, 14 de diciembre de 2017

ORGULLO DE DOMADOR

El gaucho Ariel Peñaflor
de la Estancia “La Alborada”
a donde existen manadas
de potros que es un primor.
Y como es buen domador
famoso en el pago entero
va a entrtopillar con esmero
y aquerenciar al cencerro
pingos que al decir de Fiertro,
“den la güelta sobre un cuero”.

Entre los doce baguales
se hallaba un bayo atigrado
y que parecía endiablao
con ribetes colosales.
Dientes y manos fatales,
cuando el paisano lo ensilla,
va temblando su golilla,
ora se arrastra, ora vuela
y a veces con las espuelas
acaricia la gramilla.

Pero la perseverancia
del criollo al fin lo doblega
y despacito se entrega
al crédito de la estancia.
Como premio a su constancia,
a su entereza y valor,
y al mirarlo escarciador,
vivo, listo y coscojero,
cifra en ese pingo austero
su orgullo de domador.

Y una mañana divina
que amor patrio clamorea
y allá en el mástil flamea
la magna enseña Argentina
Con cintitas en las clinas
viene escarciando aquel bayo
porque Ariel sacó un caballo
dócil y de buena rienda,
lleva en ancas a su prenda
un 25 de Mayo.


Versos de Roberto Mario Ayrala

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