sábado, 5 de julio de 2014

¡ ADIOSITO !

1
¡Que la tiró a la creciente!
¡De ande yesca ni tabaco!
Tuito se jue con el saco
que me yevó la corriente.
Me dormí, y un redepente
cuasi me tapó la olada;
enderecé a la ramada
y cuando alcancé a montarlo,
ya a mi “overito” po’el marlo
le daba la marejada.
2
Al perder pie perdió el tino,
pero lo tantié en el freno,
y áhi, no más, nadó sereno
como “tordiyo sabino”,
yo no sé ni po’ande vino;
pero le juro, aparcero,
que no le falta a mi “overo”
más que hablar como la gente,
pa’ ser tan inteligente
como cualisquier pueblero.
3
¡Viera que noche! Yovía
como no he visto yover,
y, pa’ mejor, sin saber
ni pa’ que lao rumbiaría,
tuita agua lo que se vía
cuando el rayo viboreaba…
pero, amigo, cuando acaba
del cristiano la alvertencia,
al pingo áun le sobra cencia
pa’ no echar… lo que la taba.
4
Naides por eso se ofenda,
porque yo les asiguro
que me áhugo en aquel apuro
si no le largo la rienda;
pa’ mi en el agua no hay senda,
pero la hubo pa’ mi “overo”,
que aquí quiero, aquí no quiero,
po’el olor de la gramiya
coligió ande era la oriya
y me puso a salvo el cuero.
5
Y ¿pa’ qué? Digo -yo ahora-
¿Pa’ vivir siempre penando?
Fijesé ande anda boyando
de mi rancho la totora;
la correntada traidora
le yevó sin compasión
las paredes de terrón
que eran pa’ mi como un nido
por la esperanza tejido
con plumones de ilusión.
6
¡Ojalá que en mi tapera,
solitaria en la yanura,
hubiera hayao sepoltura
antes que en ruinas la viera;
ayí moriría siquiera
a mi guitarra abrazao,
y sobre el duro recao
descansando la cabeza,
por fin mi eterna tristeza
conmigo se hubiera ahugao!
7
Pero no, que mí dolor,
amigo que no me olvida,
es como herencia querida
de mi infortunao amor.
Ahura viviré mejor;
Porque, ¿pa’ que quiere nido
el pájaro que ya vido
que cuando se anda en la mala,
al ñudo es tender el ala
y asujetar el volido?
8
A la miér… coles, me voy
y que me ayude Mandinga
a ladiarle a la jeringa
lo que le he mezquinao hoy…
dende áhura a mis pagos doy
dolorosa despedida.
Y pa’ sacarle a mi vida
una nadita ‘e su peso,
le dejo el alma y un beso
a mi guitarra querida

Versos de José Alonso y Trelles - “El Viejo Pancho”
                      -uruguayo-

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