viernes, 14 de diciembre de 2018

CON LAS ESPUELAS TRABADAS

Al igual que los fogones
que’n mi pago se’ncendían
ande los piones solían
contar sus cavilaciones,
viá emparejar los bordones
para cuartiar un cantar.
¡Dios me asista en mi pesar!
¿Qué’stá pasando en mi tierra…?
Solo pensarlo me aterra
sin un remedio encontrar.

En los pecho’escarapela
solo se ve en días patrios:
un Veinticinco de Mayo,
Nueve de Julio, en la escuela;
es pesar que me desvela
mirar como todo el año,
bandera y símbolo estraño
se adueñaron de las ancas.
¡Bendita mi azul y blanca
aunque me traten de huraño!

Los crioyos esparcimientos
de bailes y romerías
ande el hijo concurría
con sus padres muy contento;
sin apartarse un momento
juntos bailaban rancheras,
mazurcas o chacareras,
que tocaba un acordión,
tan solo es recordación.
¡Amalaya, si volviera!

Suelo ver a la pasada
mozas y mozos puebleros
que sus pilchas son letreros
de mil cosas importadas,
miro sin decirles nada
pero qué lindo sería,
que su humana estantería
con orguyo nos mostrara,
¡que Argentina ya no para
con atómica energía!

Ya alivié mi embichadera
perdón, si a’lguno ofendí
pa’ defender mi País
naides me pone tranquera
con música baruyera
de gutural espresión.
Les pido una reflexión:
no se aparten del camino,
en todo tiempo: ¡Argentino,
por herencia y tradición!

Versos de Francisco Chamorro

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