lunes, 29 de enero de 2018

AGARRANDO CABALLO


Cuando le ofrecí el bozal
solo, metió la cabeza,
porque yo confío en esa:
que lo sepa el animal.
Temblaba cuando bagual
pero lo fui conquistando
dándole tiempo, pensando
que la mente a toda orquesta
hasta bajarle la cresta
y saliese cabrestiando.

Casi cabeza a cabeza,
que siempre sea a la par
pa’ de’sa forma evitar
que lo tome por sorpresa,
que nunca falta una de’sas
asustadas por sonseras,
una cuzqueada cualquiera…
-me acuerdo de Pancho Vivas
que lo pasó por arriba
rompiéndole la cadera-.

La escuela del potro es dura
lo mesmo que gallo asao
-el cuerpo siempre avispao
tranquilidad y mesura-,
todo a su tiempo madura…
por eso me pone ufano.
Dolores montando el ruando
conviersa por el cabresto:
“¡Que maestro, su maestro!
usted conoce sus manos”.

Versos de Omar Moreno Palacios

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