sábado, 9 de junio de 2012

BASTOS VIEJOS


Mientras limpiaba el galpón
hallé un viejo par de bastos
entre guascas y otros trastos
que hacían bulto en un rincón,
los miré con atención
y en mi mente, como un tajo
se abrió el recuerdo, y me trajo
vivencias que transcurrieron
en tiempos, que parte fueron
del recado de trabajo.

Allí estaban, desgastados,
envueltos en telarañas
lejos de aquellas campañas
sobre pingos ensillados;
llegaron a mi ya usados
junto a una matra liviana;
cierta lluviosa mañana
el relleno les saqué…
y blanditos los dejé
cambiando el unco por lana.

Aguantaron sacudones
de algún potro bellaqueando
cuando sobre ellos domando
ganaba mis patacones;
chatos, por los apretones
en más de una revolcada,
cómplices en la “charqueada”
y en crudos de cualquier pelo
castigaron contra el suelo
tras una bruta boleada.

Igual que muchos reseros
sobre ellos anduve leguas
arriando vacas o yeguas
por diferentes senderos,
soportaron aguaceros
debajo del encerado,
y de almohada los he usado
en cualquier sitio que fuera,
puestos en mi cabecera
si dormí sobre el recado.

Pensar que sobre un arisco
se arqueaba esta pilcha gaucha
y hoy, soporta de una laucha
el insolente mordisco;
más que el dolor del pellizco
pienso debe de sufrir
el no poder compartir
con su antigua compañera…
aquella fuerte encimera
con quien supo convivir.

¡Tantos golpes y rodadas
sufrieron mis pobres bastos!
y han alzado barro y pasto
junto a mi en las costaladas;
como otras pilchas gastadas,
que usé siendo un mocetón
aunque hoy un estorbo son
junto al dueño, envejeciendo,
siempre seguirán teniendo
su lugar… en el galpón.

Versos de Pablo Gallastegui

No hay comentarios:

Publicar un comentario