viernes, 3 de junio de 2011

MI CABALLO PANGARÉ

Se luce en él mi emprendao
cuando me esmero en el tuse
y su pelaje reluce
cuando bien lo he cepillao,
y luciéndome el recao
tranquea de sobrepaso,
si llego al pueblo, en tal caso
en un escarceo arranca,
mientras golpea sobre’l anca
como jugando, mi lazo.

Cuando al boliche del “gringo”
me llego a la tardecita
o cuando voy de visita
a ver mi amada, el domingo,
por largas horas mi pingo
queda en el palenque atao,
y siempre ha soportao
lluvia, calor, viento o frío
y las gotas del rocío
que mojaron el recao.

Las riendas, las cabezadas,
el cabresto y el pegual
al cuerpo del animal
parecen como pintadas,
mis letras están grabadas
sobre del pretal de suela;
y si lo raya mi espuela
un istante y por descuido,
hace con un resoplido
bailotear la pontezuela.

Y cuando a mi se me antoja
tirarlo un poco en la boca
al ver que se lo provoca
hace sonar la coscoja,
y en cuanto la vincha roja
de mi paisana se ve
que abajo el alero de
su rancho me’stá esperando,
¡golpea en el tuse, escarceando,
las riendas, mi pangaré!

Versos de Rubén O. Díaz

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