jueves, 2 de junio de 2011

A OMAR J. MENVIELLE

(El más criollo de todos los poetas)

Hay en tus rimas de acero
no sé qué extraño coraje,
si pintás al paisanaje
o ahondás en su venero.
Sos humilde y altanero,
persona como no hay dos.
Tu gaucho. Tu eres un dios
de sobria y férrea pintura,
y encuentro en ti más altura
que en los cuadros de Quirós.

La historia de esos Medinas
está de mano machaza
¿Quién es el que no te abraza
por cosas tan peregrinas?
Son tus décimas ladinas
que nadie podrá voltearlas;
el que quiera interpretarlas
ha de ser mucho y muy criollo
o ser Anastasio el Pollo
pa’ poder caracuciarlas.

Yo, que soy toro sufrido
y que busco a los mejores
poetas y payadores,
y a ninguno le he temido,
pero al verte tan erguido,
me dio por pedir socorro,
por disparar a lo zorro
viendo tantas maravillas,
bien trenzadas y sencillas,
tan hijas del mismo chorro.

Adonde quiera que vayas
has de cosechar respeto,
pues tu canto es como un reto
que no conoce murallas;
cantores de todas layas
que quieran sacarte el cuero
si sacás el caronero
dirá tu canto machazo:
“Donde bala este torazo
no bala ningún ternero”.

Este verso no es campero, pero está dedicado a un campero. Lo incluyo porque es una curiosidad, y pienso que sobran los dedos de una mano para contar a los que lo conocen.

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