¿Dónde
te fuiste resero
arreando
tropas y sueños?
Aunque
vos no eras el dueño
ponías
todo tu esmero.
Con
tu destino campero
las
leguas has de marchar,
temprano
había que acampar
y
sin hacer un reproche
eran
eternas las noches
cuando
tenías que rondar.
¿Dónde
te fuiste resero
con
tu tropa y tu tropilla?
Era
tu vida sencilla
con
tus pilchas y tu apero.
Si
cruzabas los senderos
con
tu andar acamperado,
mil
caminos has andado
de
esta tierra soberana,
y
te hallaba la mañana
durmiendo
sobre el recado.
¿Dónde
te fuiste resero
con
tus pilchitas mojadas?
Te
cubrieron las heladas,
te
azotaron los pamperos.
Era
un fueguito campero
el que a vos te daba abrigo,
un poncho que iba contigo,
los bastos tu cabecera,
tu pingo de mil maneras
demostró que era tu amigo.
¿Dónde te fuiste resero?
El opa, opa, en el viento,
más que voz era el lamento
de un recuerdo que venero.
Si al asomar el lucero
se anuncia que viene el día,
se forma la algarabía
que nace con la mañana,
y en esa hora temprana
la tropa otra vez movía.
¿Dónde te fuiste resero
con tu silbar y silbar?
¿Dónde te fuiste a encontrar
el final de tu sendero?
Si era tu destino fiero
arriar y arriar sin descanso,
en un redomón o un manso
-el que tocara ensillar-
las leguas tenías que andar
como en un suave remanso.
¿Dónde te fuiste resero
soñando con la querencia?
Hoy que se añora tu ausencia
de un pasado milagrero.
Andando meses enteros
ya no se te vuelve a ver,
tu grandeza y tu valer
quedó en la pampa olvidada,
sos una historia grabada,
un recuerdo del ayer…
Versos de Cecilia Tellechea