domingo, 19 de enero de 2020

EL MALACARA TUERTO


Hace ya muchos años, el maestro Don Carlos Moncaut (con quien compartíamos la admiración por la obra de Don Justo Sáenz), me obsequió varias fotocopias de versos y cartas escritas de su puño y letra. Entre ellas, esta que refiere al "malacara tuerto". Con mucha paciencia, y tras muchas leídas, fui descifrando estrofa a estrofa, pero... en la tercera me quedaron dos palabras sin poder descubrir.
Copio el verso, y al pie del mismo adjunto la cuarteta en cuestión, en una de esas, algún lector puede ver lo que yo no he visto.


Animales he tenido
y animales se me han muerto
pero el que más he sentido
es mi malacara tuerto.

Era animal voluntario
mansito y de güen andar
su fin nunca se le vido
poniéndolo a galopiar.

Cuando lo …… pasmau
…………. á Olavarría
¡Treinta leguas, pelo a pelo
s’hizo mi pingo ese día!

¡Pobre malacara tuerto
juiste flete más que güeno!
Con vos, fácil se boleaba
un avestruz bajo el freno.

¡Si me habrá sacau de apuros
cuando a poblar me metí
en esos campos desiertos
pa’ este lao de Guaminí!

Y ricuerdo que una güelta
me corrieron los infieles
dende el Médano Partido
a los Catorce Jagüeles…

Una tras otras, las pilchas,
las juí largando en la juida.
Con eso y la ayuda ‘e Dios
conseguí salvar la vida.

Otra vez qué iba de chasque
pa’ la estancia ‘e Centurión
me salió una indiada grande
al cruzar un cañadón.

¿Cómo sabrán las sospechas
que se le han confiao a Usté?
Me dije -buscando el rumbo
del pueblito ‘e Tapalqué.

Ái lo largué al malacara
y salimos como tromba…
Esa tarde, a la oración
estaba en Fortín Estomba…

Señores: con todos hablo
y tengánlo por muy cierto.
¡Que jamás tuve un caballo
como el malacara tuerto!
                             (15/Mayo/58)

Versos de Justo P. Sáenz (h)



martes, 14 de enero de 2020

SI FUERA COMPOSITOR


Si nunca fui cuidador
no es porque me hayan faltao
recursos pa’ ser mentao
como soy de payador.
Si no fui compositor
de renombre en el metier
la experiencia me ha hecho ver
que al caballo hay que amansarlo
y con paciencia enseñarlo
antes de echarlo a correr.

Nunca lo deje porfiar
pa’l lao que él quiera dar vuelta,
tornéelo de rienda suelta
pa’ así no hacerlo enojar;
acostúmbrelo a mirar
de frente en el partidero
y pa’ no hacerlo mañero
no lo apure si es fogoso
pa’ que mansito y mimoso
aprienda a ser parejero.

Y ha de darme la razón
el que continuo ha cuidao
que el caballo a campo a criao
no quiere mucho galpón;
con paciencia y con tesón
he’cho mis observaciones,
que si un pingo en sus acciones
al partir en falso estriba,
seña es que afloja de arriba
o es duro de los garrones.

Mas verde y rocío ha de dar
cuando el grano no le quiebre
pa’ preservarlo’e la fiebre
y no dejarlo empachar;
contémplelo al racionar        
si el máiz seco no estuviera
y por si no lo supiera
bueno es que aprienda y se acuerde,
que mucha cebada verde
lo aluna y le da dentera.

Y sabe cualquier chambón
sin que nunca haiga cuidao
porque a caballo apestao
se tiene a media ración,
pero eso es otra cuestión
frente a un chapino maceta
aunque le encebe las grietas
puede aflojar de otro lao:
de la cuerda, del candao,
del nudo o de la paleta.

Observe pacientemente
cuando algún floreo le da
la acción y la voluntad
que le nota al día siguiente;
si gordo y pesao lo siente
las energías no le melle
despacio, no lo atropelle,
al trote y al tranco alcanza,
métale al agua a la panza
y déjelo que resuelle.

Cuando más corto es el trecho
más firme será el trabajo
que el que aligera de abajo
tiene a ganar más derecho.
El trabajarlo en repecho
no ha de servirle pa’ nada
dele temple en la pisada
que pique y corra parejo
que el repecho no es más lejos
pero acorta la brazada.

Mucho cepillo y rasqueta
le da escozor en el cuero
ni es pa’ todo parejero
el morral ni la trompeta.
Tiene más de una receta
que analizar el que cuida
si un comilón, la comida
la babosea inapetente
suele dolerle algún diente
o tener alguna herida.

Cuando lo note erizao
como si tuviera frío
olfateándose el vacío,
perezoso y desganao,
camínelo desmontao
con maneador del bozal
que al írsele yendo el mal
observándolo con celo,
va a conocer por el pelo
el estao del animal.

Mucho reló’ no le atraque
ni lo apure en el trabajo
que puede tirarlo abajo
o acarrearle algún achaque;
mucha punta no le saque
que lo pone acobardao,
y no lo tenga cansao
pa’ que más rinda y resalte:
siempre es mejor que le falte
antes que corra pasao.

Si cuando lo sacudió
pa’ prenderle los cartuchos,
liviano y corriendo mucho
a su parecer lo vio,
consulte con el reló’
y si es que el tiempo ladino
‘ta de acuerdo con su tino
córralo con fe y confianza,
que el amor y la esperanza
se juegan en el camino.

El tiempo con la experiencia
es quien sasona las cosas
las hace claras y hermosas
llenas de luz y de ciencia;
mi vocación y mi creencia
me hicieron poeta y cantor
pero con el mismo amor
que pongo en lo que más quiero,
cuidaría mi parejero
si fuera compositor.

Versos de Clodomiro Pérez

lunes, 13 de enero de 2020

TRANQUIANDO SOBRE LA GÜEYA


Ha llovido el día entero
y la lluvia castigando,
jué poco a poco pasando
el poncho de aquel resero.
No le hace asco al aguacero
porqu’el pensamiento d’ella,
es pa’ su vida una estrella
que lo tiene encandilao
y que lo lleva almariao
tranquiando sobre la güeya.

Él lo que quiere es llegar
a destino con la hacienda,
porque de güelta a la prienda
la ha pensao apalabrar.
El hombre la va’encarar
como pavo rastrojero,
porque el gaucho verdadero
sabe con justa razón,
qu’en ganándole el tirón
no hay animal pezcuecero.

¡Ah, Liberata Rosales!,
Mi compañera en la tropa
ando por vos hecho sopa
y sos la causa’e mis males;
no me arisquiés los percales
qu’l día menos pensao
me van a encontrar finao
como pa’ lonjas el cuero,
abierto el degolladero
¡y por chimangos rodeao!

Versos de Omar J. Menvielle