1
Se habla de una
jineteada
según dicen los
afiches
que están allá en el
boliche
como quien a “La
Lomada”;
comenta la paisanada
en situaciones como ésta,
cada cual se
manifiesta
empilchaos a lo
paisano
y ese domingo temprano
rumbean pa’quella
fiesta.
2
Se ve gente de a
caballo
en auto, sulky o
charré,
y algún vendedor de a
pie
llevando al hombro un
bagallo;
se dobla un cardo en
su tallo
presagiando el calor,
y al volar un picaflor
dice la gente bizarra
que va a cantar la
chicharra
lo mismo que un
payador.
3
Una bandera argentina
flamea en cada
palenque,
hay espuelas y
rebenques
pa’ la monta de las
clinas;
se habla de tuses,
madrinas
y cosas tradicionales,
de lazos trenzao,
bozales
-valores en un
desierto-,
de yerras a campo
abierto,
de marcas y de
señales.
4
<Yo conocí un
reservao
-dice un viejo
veterano-
que lo bajó a’quel
paisano
en los ‘Pagos de
Bragao’,
que supo ser encargao
en la ‘Estancia El
Horizonte’>,
y entre amargos y
entre aprontes
van sacando
conclusiones
y el humo de los
fogones
parece incendiar el
monte.
5
Se habla también del
que doma
en la boca como seda,
de arreglarse como
pueda
y el salto de la maroma,
que son lujos y no
bromas
de una época pasada,
“Hazaña nunca igualada
-dice un paisano cabal-
en la puerta de un
corral
tirárselé a la manada”.
6
Da gusto escuchar a un
viejo
hablar de pelos
distintos,
de “overos negros” y “pintos”,
de “moros” y de “azulejos”;
de los “gatiaos” más
parejos
tuvo tropilla de un
pelo
y anduvo por este
suelo
reseriando noche y día
en esos tiempos que
había
nada más que pampa y
cielo.
7
Y entre risas y
chacotas
y saludos de pasada
no faltan las
empanadas
tampoco el vino en la
bota,
y en una tina grandota
hay bebidas pa’
guasiar,
de pronto el que va a’nimar
pide silencio un istante
y desde un
altoparlante
llama al que va a
jinetear.
8
Y sin andar con rodeos
un remolino’e jinetes
allá cerca de los
bretes
acuden pronto al
sorteo;
hay un negro medio feo
de bota’e potro calzao,
sombrero bien
requintao
y a más en el tirador,
con plata de la mejor
tiene su nombre
grabao.
9
Y después que en la
planilla
quedan tuitos anotao,
atracan los reservao
que bajaron en
tropilla;
está la gente que
ensilla,
el que atraca, el que
apadrina,
el que montó de las
clinas
y no salvó ni los
gastos,
hasta después que con
bastos
la jineteada termina.
10
Y cuando ya sosegao
busca el sol el
infinito
se vuelven los
pajaritos
al monte que habían
dejao.
Huesos y pastos quemao,
los restos der algún fogón,
el parpadear de un
tizón
se vislumbra a la
distancia,
señal de que en esa
estancia
se ha honrao a la
tradición.
Versos de Rafael
Bueno
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