(Relato de humor criollo de 52 pies)
1
Voy a contarles a
ustedes
si es que me da la
memoria
un pedazo de la
historia
de un tal mentao Luis
Paredes;
mozo que anduvo en
enredes
hasta con el Padre
Eterno,
pero al fin, el mesmo
cuerno
que da abundancia y
fortuna
me lo guampó hasta la
luna
y lo mandó pa’l
infierno.
2
Sabía contar que su
madre
una peona de lo’e
Jonte
murió en la Guardia
del Monte
al mes de morir su
padre;
que a él lo crió una
comadre
de su finadita abuela,
que falleció de
viruela
pu’ayá en el año
noventa,
y pa’ mi que por su
cuenta
se quedó sin
parentela.
3
Era más chueco y
combao
que guampa de toro
viejo;
en el andar desparejo
como tranco de mamao,
cáido de hombros,
encorvao,
nariz grandota y bien
chata,
cuando se reyiba agata
se le adivinaba un
diente,
pero eso sí, más
caliente
que una bombiya de
lata.
4
Tenía más agachadas
que tero celando el
nido,
un vestir más
presumido
que china recién
casada,
la camisa almidonada
y un pañuelo colorao,
el chambergo requintao
y pa’ cubrirse las
patas,
usaba unas alpargatas
con más flores que un
finao.
5
Poco y nada le costaba
tener algo que contar,
él nunca aprendió a
cantar
pero lo mesmo cantaba;
cuando hablar emprensipiaba
bien haiga -temeridá-
nunca por casualidá
en mentir se
equivocaba,
y solo cuando cayaba
se arrimaba la verdá.
6
Vivía con una china
mal hablada y atrevida
que se ganaba la vida
praticando de
endivina;
más sucia que una
cosina
de fonda napolitana,
pero pa’ vivir,
baquiana,
pues pa’atender la
clientela
se trajo por parentela
una hijastra de su
hermana.
7
Era él el que cobraba
la entrada al
visitador;
-plata que iba al
tirador
en el tirador quedaba-.
Nunca el naipe
embarajaba
si no era con ventaja;
tenía un refrán: “a la paja
no hay que tentarla con fuego,
y si no ha ligao el juego
es mejor dirse a baraja”.
8
Cuando al boliche
dentraba
y había algún
forastero
lo saludaba primero
y después lo conversaba;
entonces le preguntaba
al hombre, dándose
maña:
“y dígame… su compaña
el compadre Don Tomás?”,
y al contestar… “¿Qué
Tomás?
áhi nomás pedía una
caña.
9
Siempre buscó el
entrevero
pa’ darle gusto al
colmiyo
asao que daba el
caudiyo
él se invitaba primero;
siendo mozo jue resero
de tropa mandada a
Plaza;
y pa’ no olvidar la
traza
en cuanto había
eleciones,
si podía… dos capones
se los arriaba a las
casas.
10
Y aura les ruego y les
pido
atención por un
momento;
va emprincipiar aura
el cuento
que yo les había
ofrecido,
más si por algún
motivo
el cuento me sale
errao
tendré que ser
disculpao
pues hay cosas no
inoradas
que no en todas las
rodadas
se suele salir parao.
11
Pero pa’ ser valedero
este cuento que le
hago
hay que pegar un güen
trago
pa’ remojar el
garguero;
vaya sirviendo pulpero
sin andar con más
tardanza,
la plata sobra y
alcanza
y es güena caminadora.
Bien haiga la
tentadora
moneda de la
esperanza…
12
Lo conocí al mencionao
en la estancia del
“Mangruyo”.
Yo no sé en qué baruyo
andaba el muy condenao;
lo habían echao por
zafao
con las hijas de un
puestero;
después… supo ser
mediero
pero pa’ nada sirvió,
hasta que al fin
resolvió
hacer vida de
pueblero.
13
Me pidió unas
ocasiones
algunos
peso’emprestao,
pero era desmemoriao
pa’eso de devoluciones,
siempre encontraba
razones
pa’ poder salir
airoso,
y lo que era más
gracioso
me decía sin cesar,
de que no juera a
pensar
de que él era algún
tramposo.
14
Una vez que iba al
descuido
un domingo de mañana,
asomao a su ventana
me lo vide al
‘indivuido’,
me gritó: “Gaucho atrevido
que pasa sin saludarme”,
obligándome a bajarme
pa’ ofrecerme un
cumplimiento,
y entonce’el hombre al
momento
emprencipió
a’agasajarme…
15
Y comenzó la junción
entre cimarrón y trago;
y créanmé que fue
alago
toda su conversación:
el hombre puso
intención,
puso picardía y
decencia,
puso algo grande:
esperencia
que es patrimonio en
el hombre,
y pa’ que alguno se
asombre
puso más… que jue su
cencia.
16
Estiró bien el cogote
y escupió por el
colmiyo.
Sacó un trapo del
bolsiyo
pa’ desgrasarse el
bigote;
si alisó bien el
gañote
con un trago de
aguardiente,
se riyó mostrando el
diente,
se acomodó en el
asiento,
echó un eruto jediento
y habló del modo
siguiente:
17
“-Echelé a la hebra un ñudo
y al burro dele más carga,
porque mi historia es más larga
que putiada’e tartamudo;
el güey nació pa’ guampudo
y el hombre en su beneficio
le hizo aprender un uficio
unciéndolo a la coyunda.
Campo que pronto se inunda
tiene mucho desperdicio.
18
Aquí, ande me ve sentao
pa’ dar resueyo a la vida,
tengo más vela encendida
que Santo recomendao,
pa’ desasir lo ya andao
Dios debe abrir nueva güeya,
pero, mientra no se eya
he de seguir el camino:
-Cuartiador de mi destino
alumbrame con tu estreya…
19
Tiene la pampa pradera
pero también tiene abrojo;
el maizal se hace rastrojo
después de la sementera,
tiene flor la primavera
y tiene escarcha el invierno,
tiene mando el Padre Eterno
que rige a la humanidá,
tiene el pueblo autoridá
y también tiene gobierno.
20
Si al gobierno le he nombrao
no se sorprenda aparcero;
yo también como el primero
he sabido ser soldao,
pero he también gobernao
aunque parezca atrevido.
una ocasión jui elegido
por goluntá de esta gente
para que juera Intendente
y gobernara el partido.
21
Se había peliao la opinión
yo no sé porque trompiezo;
pero eso sí, jue por eso
que les gané la eleción;
del Comité de la Unión
caudiyo era un tal Cimera,
de familia tandilera
y el otro, un mozo Videla
(hombre de muy poca
escuela)
de los campos del Contreras.
22
Dité
leyes y ordenanzas
hasta pa’ dar y emprestar;
supe hacerlas respetar
sin acetar alabanzas,
la Ley no tiene mudanzas
y hace todo valedero,
al gaucho como al pueblero
mide su insinia sagrada;
pa’l Comisario es la espada,
la balanza pa’l pulpero.
23
Y pa’ ser más diligente,
el día de la asención
hice tocar “atención”
y hablé del modo siguiente:
<-Mando yo, el Intendente
y supremo de este ejido,
que nadie quede inivido
de vivir como le cuadre,
lo mesmo el hijo que el padre
la esposa como el marido.
24
Queda el castigo abolido
pa’ todo el que se emborracha;
pa’ saber si el vino empacha
tiene que haberlo bebido:
Cristo, asegún tengo oído
cuando juera ajusticiao
dejó bien recomendao
y al cristiano le previno:
Tomá un poco de mi vino
y salvarás tu pecao.
25
A naide debe faltarle
gayeta pa’ darle a un hijo.
Ordeno, mando y esijo
que al que le falta hay que darle.
Al perro no hay que pegarle
si es que uno quiere que ladre,
el Eterno ha sido el padre
que enyenó de hijos al mundo
y tuvo el dolor projundo
de no conocer su madre.
26
Solo han de pagar patente
las casas más concurridas
y que no tengan bebidas
pa’ un convite al concurrente;
la Ley, que es inteligente
en esigir se desvela
y solo busca y anhela
que el momento haya yegao
que contribuya el Estao
el Juez, la Iglesia y la Escuela.
27
Ha de pagar con prisión
todo Juez que dé un consejo;
aquel que estime el peyejo
que evite la discusión;
él no tendrá más misión
que de procurar el modo
de que nunca haiga acomodo
con la parte demandada
pa’ que al fin de la jornada
pueda quedarse con todo.
28
Pagará el cura una sisa
pa’ poder echar responso
-el fraile, al que nace zonzo
le saca hasta la camisa-.
La mujer pa’ dir a misa
debe tener su acompaña,
pero pa’ ser tal la hazaña
recurrirá a la Intendencia
y pagará por la licencia
cada vez, un litro‘e caña.
29
Queda desde hoy clausurada
la Escuela de este partido.
Hombre sabio y escrebido
no puede ser gente honrada;
la escuela nunca ha dao nada,
y solo aprende el que es piyo,
el hombre franco y senciyo
solo debe de aprender
de que debe responder
al Gobierno y al caudiyo.
30
El que sea bolichero
tendrá que vender al fiao,
solo pagará al contao
el que sea forastero,
pero ante todo primero
deberá tomar medida
pues no será consentida
y ni multa perdonada
si no es bien selecionada
la clase de la bebida.
31
No habrá más puerta cerrada
que el colegio y la alcaldía,
pues, a partir de este día
la gente ha de ser honrada;
tendrá que ser respetada
la goluntá del que es pobre,
pues, aunque nada le sobre
debe tener a su lao,
caña, tabaco y asao
y en el bolsiyo algún cobre.
32
Pa’ marcar hacienda ajena
no habrá que pedir licencia,
solo habrá que tener cencia
pa’ saber elegir buena.
Pues, no ha de valer la pena
de tomarse ese trabajo
si hay que apartar a destajo,
y animal flaco se deja.
Si la hacienda es despareja
el precio se viene abajo.
33
Queda desde hoy librada
el juego y la casa grande;
no habrá ninguno que mande
ni vigilante en la entrada;
pero la apuesta acetada
debe pagar un derecho.
Al chancho se le da afrecho
pa’ ayudar su mantención
pero atrás va la intención
de sacarle algún provecho.
34
Pagarán doble patente
el dotor y el boticario
y así mesmo, el recetario
lo firmará el Intendente,
nunca es buen diligente
pa’ salvar cueros ajenos,
la botica y los venenos
parejos corren su suerte,
y el médico con la muerte
nunca se tiran de menos.
35
Todos deben amasar
la torta frita’e la vida:
el que no tenga, que pida
que pa’ todo ha de alcanzar;
el que no sepa trenzar
que pida emprestao el lazo.
No hay que hacerle al zonzo caso
si se mete a consejero,
y la honradez del pulpero
se mide en el fondo’el vaso.
36
A naide falte un terreno
pa’ poder hacer su rancho,
el desierto es largo y ancho
y todo cabe en su seno;
de una vez por todo es güeno
que al potentao se le esija,
que no estire la cubija
aunque la tela le sobre,
pues derecho tiene el pobre
también en la repartija.
37
En toda cuestión de herencia
se abole el procurador,
solo haberá un tasador
y nombrao por la Intendencia,
quien yene esta diligencia
será un cristiano decente,
pero pa’ ser más prudente
debo dejar alvertido
que debe ser elegido
ante todo, el Intendente.
38
Todo hombre tendrá misión
que cumplir en este ejido
quien no yene lo esijido
lo pagará con prisión.
Este dará mantención,
y otro acete la parada,
el mediero en su majada,
y el estanciero en su hacienda,
pero que naide pretenda
que el Intendente haga nada.
39
Todo cobro apercibido
debe ingresar al arario
y hasta el mesmo comesario
debe darse por sabido,
no podrá ser consentido
ni atropeyo perdonao,
y todo el que haiga pecao
debe pagar su delito,
y pagará por el pito
lo que el pito haiga costao.
40
Pa’l día’e las votaciones
se rejuntará la gente
y ha de salir Intendente
el que el suscrito propone;
solo votarán los peones
y la gente del Estao.
El voto ha de ser cantao
pa’ poder estar seguro,
pues siempre en el cuarto oscuro
sale algún equivocao>.
41
Todo esto dité a concencia
-puede creérmelo aparcero-
pero siempre hay un aujero
donde trompieza la cencia.
Lo digo por la esperencia
que es resera de los años;
no solo matan los daños
que nos depara la vida.
Mucho más duele la herida
que marcan los desengaños.
42
Y aquí me tiene amigazo
muy arrugao por la suerte,
hasta que quiera la muerte
darme el último guascazo;
yo aparcero, soy ocaso
de una tarde en agonía,
la voz de una sinfonía
que se eleva hecha canción
y la luz que en la oración
se esconde en la lejanía.
43
Pero Dios que es sabedor
de las cosas de este suelo,
me mandó pa’ mi consuelo
saber ser resinador.
Bienhaiga nuestro hacedor
que amadrina nuestro sino
mostrándonos el camino
que nos ha marcao la suerte.
Pulpería de la muerte
no abras tu puerta al destino…”.
44
Pegó un resueyo de
aliento
y se abrió bien
ancho’e patas.
Se miró las alpargatas
como arriando un
pensamiento,
se revolvió en el
asiento
y agarró la tabaquera,
sacó el mate’e la
yerbera
y me ofreció uno más
largo,
aguachento y más
amargo
que zapayo’e
vizcachera.
45
Le empezó a sudar la
frente
y a cáirle baba’el
hocico,
era seña que ya el
pico
lo tenía bien
caliente.
Se levantó de un
repente
y marcando una gambeta
casi se me va de jeta
hasta que me agarró un
brazo
y me pegó tal abrazo
que me crujió una
paleta.
46
Pegó un grito la
indivina,
yamándonos pa’l
armuerzo,
aquí caigo, ayá
trompiezo
yegó agata a la cosina;
agarró una media tina
y áhi se quedó
acomodao,
cortó un pedazo de
asao
persinándose el indino,
y empezó a’tracarse al
vino
hasta quedar bien
mamao.
47
Cuando lo vi bien
dormido
me salí de la cosina
agradeciendo a la
china
el buen trato
recibido,
más eya que había albertido
cuala era mi
intención,
se enyenó de
confunsión
y guardándose la plata
dijo: “es pa’comprar
una bata”
en la Tienda “La Ucasión”.
48
Supe que había fayecido
de un mal que no tiene
cura;
una especie’e matadura
mesmo del lao del
vacido,
que la china se había
ido
a poco de quedar viuda
a vivir con un tal
Pruda
inquilino’e lo
Avendaño,
que vivió una punta de
año’
con una de “las Peluda”.
49
Ya les he contao a
ustedes
confiao solo en mi
memoria
un pedazo de la
historia
del tal mentao Luis Paredes,
el que aura andará en
enredes
hasta con el mesmo
Eterno,
si es que “mandinga”,
en un cuerno
no me lo tiene
ensartao
y hace de él güen asao
en las brasas del
infierno.
……………………………
……………………………
50
¿Pa’nde voy…? rumbo a la suerte
por la güeya del destino
hasta doblar el camino
en direción a la
muerte.
Resero que se ha hecho
juerte
arreando sueño y
quimera.
Ya se ha cerrao la
tranquera
del campo de la
ilusión.
¡Bien haiga la
floración
de mi última primavera…!
51
…sirva otra güelta
pulpero
sin mezquinanza
ninguna…
se ha entristecido la
luna
y se ha’grandao el
lucero;
el cielo se ha puesto
overo
y la loma se va
hinchando,
la calandria le está
dando
el güen día a la mañana
y un rayo de luz
temprana
va por la güeya
tranqueando.
52
Paisanos: yegó el
momento
de dar fin a esta
reunión,
más le dejo la
espresión
de todo mi
sentimiento,
pero pido si es que el
cuento
les ha sido de su
agrao
lo respeten al finao
y si es que a ninguno
ofiendo
le recen al Reverendo
pa’ que lo haiga
perdonao.
Versos de Enrique
Uzal
No hay comentarios:
Publicar un comentario