Va la carreta
tranquiando
por una huella de
olvido
y el boyero va
terciando
su tristeza en el
silbido.
No la apuris, güey
manchau,
no la apuris, yaguané,
vamos en viaje al
pasau
y ya nunca volveré…
Por aporriau tu
destino,
y por escudar tu
suerte,
jamás sabrás, güey
barcino,
que tu azaroso camino
lleva derecho a la
muerte.
Sigue y sigue el
cabecear
de la carreta vencida
y al boyerito el
cantar
se le escapa con la
vida.
Qué triste tu andar
legüero
y qué aporreada tu
suerte,
jamás sabrás,
carretero,
que contra lluvia
y pampero,
vos vas rumbiando a la
muerte.
Versos de Buenaventura
Luna
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