miércoles, 15 de enero de 2025

DOMADOR Y RESERO

 Quise volver al pasau

a través de la distancia

para recordar la estancia

y los potros qu’he domau.

¡La pucha si he zamarriau

brutos de todo pelaje!

No olvido cuando en los viajes

que me tocaba rondar

cuántas veces jinetiar

emponchau entre’l vacaje.

 

Hoy, sentau bajo el alero

en la distancia me miro

con la madrina de tiro

y un manso como carguero.

Si habré elegido potreros

en esos viajes cansinos!,

que hubiera aguada o molino

o algún monte de reparo,

y atar la yegua en un claro

no muy lejos del camino.

 

Me recuerdo acomodando

cabrestos, riendas, bozaless,

maneas, pa’ los baguales,

porque con frío, ensillando,

siempre hay que andarse cuidando

de un arisco o patiador;

yo a veces el maniador

le echaba, pa’ asegurarme

que no fuera a quitarme

al cometer un error.

 

Si habré maniao el cencerro

de noche en campos ajenos

y si habré trabau el freno

pa’ que no me oigan los perros.

Y como lo dijo Fierro

contemplando las estrellas

que hasta parecen más bellas

cuando uno es más desgraciau,

me acostaba en el recau

siempre al costau de la huella.

 

Si habré aguantau chaparrones

andando por los caminos

en este suelo argentino

por diferentes regiones,

con vientos y cerrazones

cuidando en la cabecera

que ninguno se perdiera

o se quede en el camino,

así, al llegar a destino

entregar la tropa entera.

 

Si habré soportau calores

de los soles de verano,

y si habré cruzau pantanos

en inviernos heladores.

Cuántas veces los rigores

de un arisco o de un macaco,

otras veces de un bellaco

que me sacaba apurau

a dos manos agarrau

más ligero que un guanaco.

 

Versos de Hugo Pino

viernes, 10 de enero de 2025

TUS OJOS

 Te dentré con un amago

y vos, sonriendo ladina,

quisite que juera, china,

el dueño’e ‘la flor del pago’;

y cuando con un halago,

poniendo mi alma de hinojos,

le respondí a tus antojos

y te canté conmovido,

te miré y quedé prendido

en el beso de tus ojos.

 

Hoy pienso que sos aqueya

china dulce que almiraba,

cuando los ojos alzaba

campiándote en una estreya,

y que al hayarla en mi güeya

antes sembrada de abrojos,

con miel en los labios rojos,

nido ‘e caricias y amores

hiciste brotar las flores

en mi senda, con tus ojos.

 

Soy lonja cruda, y un ruego

tuyo, me deja sobao

si en tu abrazo acorralao

maniao a tu amor m’entrego;

y si se da güelta el juego,

al rato, ni los despojos

te quedan de los enojos,

que son, al fin, puro mimo,

pa’ ver si ansina me arrimo

a besuquiarte los ojos.

 

Versos de Salvador Riese

jueves, 9 de enero de 2025

TU MOÑO DE SEDA ROSA

 Aleteaba tu pañuelo

como ave presa en tu mano

y tu pie, breve y liviano

rozaba apenas el suelo.

Despertaste así mi anhelo

en una zamba armoniosa

en que fingías, donosa,

rehuir el asedio mío

y lucía en tu atavío

un moño de seda rosa.

 

Ignoro que hechicería

o porque extraño motivo

de un moño el simple atractivo

exalta mi fantasía.

Veo en la noche sombría

de tu crencha relumbrosa

la aurora, que ruborosa

anticipa la mañana,

cada vez que la engalana

tu moño de seda rosa.

 

Más que tu boca encendida,

que es brasa donde se quema

y explota el ansia suprema

de mi pasión contenida,

a mi recuerdo prendida

llevo la cinta vistosa

que trocaste habilidosa

en ave que intenta el vuelo,

en adorno de tu pelo

y en moño de seda rosa.

 

Se apaga en mi pensamiento

tu talle airoso que emula

al trigal, cuando lo ondula

el blando peine del viento,

pero fracaso en mi intento

de olvidar la mariposa

que en tus cabellos se posa

abriendo en ellos sus alas,

cuando corona tus galas

el moño de seda rosa.

 

Ni tus brazos bien torneados,

cárcel de gloria en que preso

gusto el néctar de tu beso

en tus labios codiciados;

ni tus ojazos rasgados

de caricia luminosa,

son obsesión que me acosa

en los sueños y en la ausencia,

con la tenaz persistencia

del moño de seda rosa.

                           (Anterior a 1947)

Versos de Salvador Riese