Este
poncho pampa overo
grueso,
pesau y macuco,
fue’cho
hayá por “los temucos”
en
Chile, país lindero,
Don
Luis Vitale “el matrero”
en
un gesto leal, sin trampa,
me
aclaró: “-Es pa’ su estampa”,
y
yo empezaba a decirme…
“No
sé si podré lucirme
con
el poncho overo pampa”.
Que
india chilena machaza
será
la que lo ha tejido,
que
si la lluvia al descuido
me
agarra fuera de casa…
el
agua no lo traspasa,
lo
hace más pesao, y vea…
es
tanto el peso que arrea,
que
cualquiera se da cuenta
que
tengo buena osamenta,
sino…
capaz que me arquea…
¡Qué
poncho para el frío cruel…!
Si
en realidá pareciera
que’l
mismo invierno viniera
para
refugiarse en él;
y
las chinas en tropel
sabiendo
que soy cantor,
medio
pueta, payador,
tocan
su tejido indiano,
y
les entibia las manos
el
poncho de un servidor…
Pero
claro, el movimiento
de
la vida todo gasta…
la
muerte nos dice basta
y
nos ataja el aliento,
cuando
llegue ese momento
del
que nadie se salvó,
allí
firme estaré yo
con
el poncho pampa overo
que
Luis Vitale “el matrero”
un
día me regaló…
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