Áhi
le llegó, Saubidet,
la
prenda que me encargó,
si
el platero terminó
fue
porque yo lo apuré;
quería
entregársela y sé
que’s
más campera que el pasto,
el
uso ha hecho su gasto
y
aún más valor le encastra:
¡qué
linda queda la rastra
hecha
de cabeza’e basto!
Se
que’l basto de su abuelo
era,
y que la platería
su
padre uso con maestría
pa’
ensillar, sobre este suelo;
¡qué
linda pilcha!, un anhelo,
parte
de nuestra cultura,
el
basto, que’s la figura
pura
del recado nuestro
y
hoy la pilcha de su ancestro
¡la
lucirá en la cintura!
El
centro pa’ destacar
plata
y oro entreverado,
un
trabajo burilado
en
la inicial, da que hablar,
verdá
es que se fue a gastar
pero
que esté al lado suyo
pa’
lucirla en los mangrullo’
o
escenarios donde cuadre,
la
usó su abuelo, su padre,
y
ahora pa’ usté’s un orgullo.
Quedó
sin pulir, más brilla
por
su historia y por su encuentro;
para
que se luzca el centro
son
de alambre las costillas.
Prenda
gauchona y sencilla,
una
hermosa antigüedad,
ah!
y le digo la verdad
que
lo que cobró el platero
se
lo va a pagar Vaquero…
¡regalo
de una amistad!
(3/03/2016)
Versos
de Santiago
“Tato” Vaquero
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