Al reparo del galpón
de
un puesto de “La Esterilla”
ta’
arreglando la tropilla
Serapio
Justo Almirón.
La
tarde arranca un girón
a
un domingo somnoliento
la
yegua mora de intento
medio
amaga una mordida
el
Ciervo 10 enseguida
larga
tres notas de intento.
Envuelto
en una arpillera
que
tendió sobre un banquito
un
desvasador cortito
las
gurbias y las tijeras
cajón
chico de madera
que
es la piedra de afilar
y
en un bayo sin manear
sus
condiciones refleja
ranillas,
barbas y orejas
con
un tuse regular…
Atento
dos perros bayos
mascando
algunos recortes
observan
que no se corte
de
la yegua algún caballo
bajo
esa tarde de Mayo
Almirón
con su tropilla
como
el cardo de castilla
que
al campo le pertenece
y
en su figura florece
un
gaucho de alma sencilla.
Con
la mora a la par de él
y
los bayos por detrás
cruza
al tranquito nomás
en
frente del puesto aquel
sin
jactancia ni oropel
ha
cumplido la faena
la
mora, media docena
de
bayos y un colorado
tienen
a Almirón rodeado
en
esa tarde serena…
Versos de Alejo Ignacio Balbiani
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