domingo, 21 de febrero de 2021

MI CUCHILLO

 Yo corto con mi cuchillo

que o es de plata ni de oro

pero pa’ mi es un tesoro

porque es como yo, sencillo.

El pobre no tiene brillo

siempre en su vaina guardao,

pero eso sí, afilao,

un orgullo del paisano,

sabe lucir en mi mano

cortando un cacho de asao.

 

La marca no se le ve

pero no hay duda que es buena

porque lo chaireo apenas

y corta como yilé.

El apellido tal vez

ya no es una garantía,

todo ha cambiado hoy día

y la marca es lo de menos

he visto apellidos buenos

que son una porquería.

 

No nació pa’ la vitrina

nació pa’ andar engrasao

y lucirse en cualquier lao

cortando carne argentina.

Mañero pa’ la cocina

áhi tiene poco que hacer,

cuando salgo a recorrer

siempre me acompaña atento,

capaz de sacar un tiento

del pelo de una mujer.

 

Entre algunas pertenencias

mi padre me lo dejó,

por eso lo tengo yo

como una sagrada herencia.

Su honradez y su decencia

fue su mejor capital,

y es algo muy personal

esto que en el pecho llevo

ser un pollo de sus huevos

da un orgullo sin igual.

 

No lo llevo pa’ pelear

pelean los animales,

pero pa’ peor de mis males

no soy muy fácil de arrear.

Derecho me han de llevar

pero siempre por las buenas,

una vez pa’ mi condena

mi doña pisó el palito

y él me decía: “Hermanito,

deje, no vale la pena”.

 

Su consejo tan preciao

me hizo ganar la esperanza,

porque amigo, la vengaza

no conduce a ningún lao.

Eché al olvido el pasao

y me sacudí el tierral

y a los dos nos pasa igual

que nos vamos achicando

y el tiempo nos va gastando

como por ley natural.

 

La otra noche me han tentao

pa’ que le pusiera precio

pero yo le tengo aprecio

por los servicios prestao.

Mientras haya algún asao

habrá de seguir conmigo,

cual silencioso testigo

de mis años de bonanza,

con él me he llenao la panza

y ha sido muy buen amigo.

 

Versos de Adrián Maggi

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