martes, 28 de junio de 2022

EL PANGARÉ BUEY

El escenario sangriento

del campo de San Gregorio,

dejó un hecho notorio

por un encuentro violento.

En el fragor del momento

un jefe perdió el caballo

el destino dio su fallo

se le perdió a un coronel,

cuando enhorquetado en él

creía montar en un rayo.

 

Fue don Benito Machado

el que ha montado ese pingo,

al que le puso el distingo

brillante de su cuidado.

El animal reservado

que tenía de fina talla,

¿quién le iba a pisar la raya

sentado en su pangaré?

Si en él se jugó la fe

en más de una batalla.

 

Lo trajo de Lobería,

del Tamanguillú a ese flete,

lo mismo que un gallardete

flameando en su correría.

Cuando lo extravió ese día

tras envestidas certeras,

fue a parar a las colleras

de una posta, en Chascomús,

y fue cuartero de sus

postillones de galera.

 

Félix Ford, su propietario,

de aquellas mensajerías,

que corría en esos días

por sitios que era un calvario.

Hacía un itinerario

que habría que rendirle honores,

entre fríos y calores

dieron gran utilidad,

sirviendo a la sociedad

de Chascomús a Dolores.

 

Ahí le dieron a desplomo,

lo ensangrentaron los tiros,

le metieron sin respiro

hasta matarlo del lomo.

Al final quedaba como

entristecido en un dejo,

esfumado su reflejo

cuasi muerto de tan mal;

revolcado en un corral…

como un esqueleto viejo.


Versos de Héctor Del Valle 

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