Tiene el hombre a la tropilla
¡Como
en marcial formación!
Y
los pingos fieles son
¡A
su orden clara y sencilla!
Se
golpea en la mejilla
Larga
su voz un ronquido
Por
los fletes conocido
Como
asentando macases
Y
escuchan claro y capaces
El
sonido repetido.
La
madrina baya overa
¡Hace
cuña en un rincón!
Y
es orgullo y emoción
¡Verla
tan guapa y campera!
Cola
entera, la clinera
Cayendo
sobre el cencerro
¡Bien
a lo pampa, es de fierro!
Para
entablar a su lado
Y
entregar a los montados
Seguidores
como perro.
¡Ocho
zainos y un lunar!
Oscuro
mancha’e pelota
Gusto
bien criollo denota
A
la hora de entablar
Preparáu
para montar
Si
la ocasión lo exigiera
Con
su pilcha corralera
El
pañuelito nuquero
Respetando
al sol de enero
¡Como
en legión extranjera!
O
el gato es grande y capón
O
el perro naranjo echado
Ve
al negro que se ha acercado
Y
no le presta atención
Un
pato blanco y gritón
¡Amenaza
a las gallinas!
Que
por aves y vecinas
Comparten
su territorio
Pero
el cuáquero tenorio
Tiene
ambiciones mezquinas
La
casa estira un alero...
Por
puntales aguantado
Y
el fuerte color rosado
¡Pone
su sentir campero!
Verdes
puertas al viajero
¡Le
dan señal de esperanza!
Una
cabecera alcanza
Las
nubes en chimenea
De
matera o churrasquera
Para
echar algo a la panza.
Los
arboles crecen guachos...
¡Sin
presencia de una flor!
Dando
al cielo azul verdor
Sin
vergüenza y sin empacho
La
falta de los penachos
Indica
la condición
Tal
vez del gaucho varón
Sea
la última tropilla
Hasta
que la muerte pilla
Le
pida su rendición....
Versos
de Rubén
Ibero
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