lunes, 20 de agosto de 2012

EL OVERO DE AGUILAR

1
¡Si habrá voltiao domadores
El Overo de Aguilar!
¡Qué animal pa’ corcoviar!
¡Una máquina, señores!
Y pa’ hacer las cosas piores
sin sujetarse un instante
se boliaba por delante
sobre las mesmas costillas…
Ansí quebró ‘e las islillas
al correntino Escalante.
2
¡Y cuántos más no estropió!
Diganló los Alderetes
dos hermanos muy ginetes
que eran del Rincón de Ajó!
A uno cuasi lo mató
largándolo como globo
igual que a ese pión de Cobo
que salvó la vida a gatas
pues lo barajó en las patas
al sacarlo en un corcovo.
3
Bellaquiando por derecho
y gritando a lo lechón
a cada brinco un cimbrón
de esos que dejan desecho
se sentaba al poco trecho
y la crin toda revuelta
la cabeza baja y suelta
lo mesmo que un remolino
se aprestaba aquel indino
para corcoviar de vuelta.
4
Lo conocí reservao
en “El Tala” ‘e los Ocampo
como diez leguas de campo
en las puntas de’l Pescao
áhi funcionaba el Juzgao
y había posta y pulpería
dos veces al mes, sabía
pasar yo con la galera
cuando estaba en la carrera
de Juárez a Lobería.
5
Allí lo dejó Aguilar
al pasar con un arreo
que llevaba, según creo
para la costa del mar.
Y no lo volvió a buscar
el pobre… ¡ánima bendita!
porque a causa de una cita
un tal Liborio Collazo
lo mató de un trabucazo
allá por la Mar Chiquita.
6
Y cuadró en una ocasión
que al pasar yo por “El Tala”
viene pues y me regala
ese caballo el patrón…
¡Nunca sobra un mancarrón
a un mayoral de galera!
Pues sea aquel como quiera
igual le saca provecho
ya en la lanza, atao al pecho,
o en una cuarta cualquiera.
7
Y ya me lo até también
sin que me diera trabajo
pues era manso de abajo
y cabrestiaba muy bien.
Cuando arrancamos recién
macaquió un poco el overo
pero como iba ‘e ladero
en una cuarta de atrás
tuvo que seguir nomás
mansito como un cordero.
8
Pues con buenos postillones
y en un camino apropiao
al sotreta más porfiao
se le hace entrar en razones…
Cuestión de algunos tirones
y en el momento propicio
pa’ evitar un estropicio
guasca nomás puande quiera.
¡Eso lo sabe cualquiera
que haya sido del oficio!
9
Con el overo enterito
llegamos a la otra posta
que estaba justo en la costa
de la laguna “El Chorlito”…
En la Esquina ‘e Gorosito
seguía como si tal
y al mudarlo en “San Pascual”
Estancia del Vasco Ezquerro
amagó a cociar un perro
que lo torió en el corral.
10
¡Resultó guapo endeveras!
Cansarse ese pingo ¿cuándo?
Si se hizo como jugando
doce leguas bien enteras.
Y eso entre cuestas tan fieras
como por allí se ven
pues el camino va bien
contra la sierra ‘e La Tinta
y se estira como cinta
por las lomas del Quequén.
                                     (14/10/1959)
Versos de Justo P. Sáenz (h.)

Versión tomada de un manuscrito del autor, fechado en la EstanciaLa Protección”, Partido del Vecino

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