lunes, 6 de agosto de 2012

MATRERO

De poncho pampa terciao
por sobre del hombro izquierdo,
chueco y de tranco lerdo,
así era Ciriaco Aldao.
Anduvo po’el Colorao
siendo mozo, de resero,
y un día trece de enero
del año cuarenta y seis
mata a un hombre en buen ley
y lo apodan “El Matrero”.
  
No le gustaba el gatillo
-no era hombre cazador-,
en cambio le dio el Creador
habilidá pa’l cuchillo.
Arisco pa’ los caudillos,
decente y muy caballero,
fue mi mejor compañero,
yo le alcancé diez gatiao’
y juyó del Colorao
con rumbo al sur, “El Matrero”.

 Llegó a mis pagos y allá
entró en “Lonco Trapial”
de domador y mensual;
fue puestero y capataz.
Y en la costa del “Lepaz”,
en el boliche “Los Teros”,
mató un “busca” ventajero
porque le peló del medio…
No le quedó más remedio
seguir viviendo ‘e matrero.

Supe de que mis gatiao’
murieron de viejo’en “Teca”;
que allá, por “Nueva Lubeca”
ya echó raíces, Aldao…
Dicen, que se ha’collarao
con la viuda de un puestero,
que tiene catorce overos
contramarca ‘e “La Laurita”;
que su causa está prescrita…
Po’ eso te canto, “Matrero”!

Versos de Julio Secundino Cabezas

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