¿Ti
acordás, de gurises, di aquel juego’e nosotros?
Bos
juntabas espigas de un pastito del campo,
y
dispué, di una en una, me las dibas poniendo,
con
las flechas p’abajo, por la manga del saco.
Le
pasabas la mano a favor, dispasito,
y
subía la espiga a lo largo del braso.
Me
pinchaba las carnes más blanditas di arriba…
y dispué, pa’ sacarla, me sacabas el
saco.
¡Por
el campo’e la vida galopiaron los días!...
¡S’enyenó
d’esperanzas la manguera del alma,
qu’el
amor de nosotros, com’un gaucho baquiano,
en
la estancia’e los sueños, di una en una pialaba!
Y
¡jue braso mi alma! ¡Y bos juistes com’una
espiguita
de pasto colocada en la manga!
El
amor, dispasito, jué pasando la mano…
Te
dentrastes, ansina, ¡hasta el fondo de mi alma!
Y
te juistes… ¡Te juistes! Por mis pobres taperas
han
crusao, tranco y tranco, los sotretas del Tiempo…
¡Y
entuabía te siento, como espiga de pasto,
con
las chusas clavadas, que me pinchan por dentro!...
(uruguayo)
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