A Guillermito Melón, que a sus 13 años de edad,
bien se lo puede llamar un
criollo de ley,
pues sabe defender nuestra tradición campera
en el difícil arte de jinetear, vayan de este
humilde
poeta gaucho, los versos que por admirarlo le
nacen
y que al brindarlos lo hace, no perdiendo la
ocasión
de decir: ¡Felicidades, fuerza y mucho corazón!”
Voy a cantar,
decidido,
si es que me ayuda la voz
para un jinete precoz
que’n Udaondo ha nacido,
el pago donde ha
vivido
este modesto escritor
en un tiempo domador,
y les diré -por si
acaso-
me defiendo con el
lazo
sin ser un buen
pialador.
Es un pichón argentino
que se llama
Guillermito
y en los pagos anda
invito
en lo que va del
camino.
En este verso me
inclino
porque le quiero
cantar:
nadie se debe asombrar
es un jinete sin
cuento
con mucho
conocimiento.
Se lo puedo asegurar.
En fiestas
tradicionales
hace honor al apellido
y es como abrojo
prendido
al lomo de los
baguales.
Tal vez no tenga
rivales
de tan poca juventú
que defiendan la virtú
de nuestra raza
campera
jinetiando campo
ajuera
entre’l riñón y la
cruz.
Chiquito, pero agrandao,
hoy demuestra su
coraje
sin miedo de que lo baje
el potro más reservao.
Donde quiera que ha
pisao
lo aplauden con
alegría,
humilde, sin fantasía,
sin importarle la fama…
Así es esta gaucha
rama
que tiene la Patria
mía.
Nuestra gaucha
tradición
no se ha de morir
jamás
si hay un jinete capaz
como Guillermo Melón,
que defienda con tesón
las domas, potros y
yerras,
que todo lo gaucho
encierra
con el más hondo
sentir
pa’ que no puedan
morir
las costumbres de mi
tierra.
Versos de Rafael
Bueno
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