Al lao del embarcadero
cerquita de la bebida,
una planta bien
erguida
le dio su sombra al
resero.
Sina-sina fuiste alero
del “changarín”… del
“linyera”,
y aunque espinuda y
matrera
vos eras un rancho
pampa
y se recortó tu
estampa
al costao de la
tranquera.
¿Quién te puso…? Nadie
sabe
pero… ¡que bien
ubicada!
Y si habrás prestao
gauchadas
ya que otro nombre no
cabe.
Un chingolito es el
ave
que en tu ramaje
anidó…
¡cuántos vientos
anunció
cuando rojizos celajes
iban sangrando el
paisaje
por donde el sol se
escondió!
Había como un
fogoncito
y con alambre de vía
una parrilla servía
pa’ quemar un
churrasquito.
Hoy, pienso que ese
arbolito
fue silencioso testigo
de esos años en que el
trigo
rebalsaba en las
planchadas
hasta ver vacía y
pelada
la estación, como un
castigo.
No sé si estás todavía
o si has desaparecido,
quizá el tiempo haya
vencido
doblegándote día a
día.
Pero a la memoria mía
le clavaste tus
espinas
y te añoro bien
genuina
rodeada de pajonal…
aparcera del corral
plantita de sina-sina.
HERMOSA PUBLICACIÓN!!!
ResponderEliminarGracias amigo...
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