lunes, 23 de octubre de 2017

CAMPERAZO

Sobre la trebe, la pava,
mostrando las mataduras
de viejas abolladuras
cada vez que fue golpiada
por el tizne retobada
de luto era su figura.

Llovía y la mensualada
reunida en la matera.
Dijo un viejo: -Nu’es soncera
lo que dice alguno que otro:
lazo’e seis y bota’e potro
no son pa’ que use cualquiera.

-¿Por qué lo dice Don Pancho?
-le preguntó un mocetón-
-He visto algún chapetón
con las de potro calzadas
mandarse más chambonadas
que cualquier gringo nación.

-¿Usté ha conocido alguno
que las mereciera usar?
-Si pues, Ramón Aguilar
un paisano de Dolores,
nu’han habido pialadores
que lo puedan superar.

Y como puesta en el viejo
estaba ya la atención
él siguió su relación
alabando a’quel paisano:
-Nu’he conocido crestiano
más campero que’l Ramón.

De las guampitas de un geme
lo he visto enlazar terneros,
además entre sogueros
siempre ha sido destacao,
más de un potro ha terminao
que otro largó por mañero.

Lo he visto amansar los güeyes
pa’ las chatas cerialeras
y atarle las ñanduceras
a un charo como si nada,
y nunca en una vistiada
ni lo rozaron siquiera.

Parador como el que más
en cualisquiera rodada.
Y cuando en una esquilada
como luz con la tijera
aventajab’a cualquiera
sin dejar ni una cortada.

-¡La pucha con el campero!
Allí interrumpió un mensual:
-Dígame ¿por un casual
él usaba bota’e potro?
pues creo que a ningún otro
el refrán le cái cabal.

Soltó el viejo una risita
y que a todos sorprendió:
-No, aparcero creameló
el refrán se desbarata:
¡el Ramón vivía en pata,
en su vida se calzó!

Versos de Alberto Zárate 

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