En
la estancia “La Entrerriana”
presagiando
un sol intenso,
se
da al trabajo comienzo
un
lunes por la mañana.
Tranquilo
Ramón Maidana
se
presentó al personal
y
al mayordomo Cabral,
le
dijo en tonos bajitos
que
él reunía los requisitos
que
pedían pa’un mensual.
El
mayordomo prudente
le
tomó en ese momento
los
datos más que contento
porque
le hacía falta gente.
Le
comentó cordialmente:
“-Sabe,
que peones no hallo,
ya
la orden le detallo
y
para evitar demora,
si
quiere empezar ahora
vaya
ensillando caballo”.
Pidió
disculpas Maidana
por
desarmarle el esquema
y
dijo: “-Si no hay problema
quisiera empezar
mañana,
no es que vengo
con macanas
es que no traje
el recao,
porque ayer en
un tostao
en Maciá, saqué
el primero,
quedé en lo de
un compañero
y hoy de pasada
he llegao.”
Don
Cabral, muy cabizbajo
le
dijo: “-Me compromete,
lamento,
pero a un jinete
no
puedo darle trabajo.
Será
difícil, barajo,
que
lo tomen aunque hable,
lo
tildan de irresponsable,
me
prohíben que lo inscriba,
la
orden viene de arriba
y
eso sí es inobjetable.
Dicen
que es tiempo perdido
que
no hay nadie que lo emparde
los
lunes en llegar tarde,
estropeado
y dolorido.
y
al estar amanecido
después
de una jineteada,
merma
el rinde la peonada
cuando
uno acusa dolor
y
hay que llevarlo al doctor
porque
no sirve pa’ nada”.
Se
retiró saludando
y
al pasar los eucaliptos,
sin
saber, dos horneritos
lo
despidieron cantando.
Iba
bajito chiflando
y
pensaba con razón:
“-¿Qué va a
saber un patrón
metido en sus
oficinas,
de costumbres
argentinas
de patria y de
tradición?”
Sintió
no hallar en la estancia
ese
puesto que anhelaba
porque
con eso lograba
volver
de nuevo a su infancia.
Hoy
ante esa circunstancia
su
libertad no somete,
y
a sí mismo se promete:
“-Sigo en el
pueblo changueando
y los domingos
montando
porque he nacido
jinete”.
Versos
de Liliana
Salvat
Excelente letra y la escuche a la payadora.
ResponderEliminarqué bien que encontre el verso campero.
Gracias mil.
Gracias por visitar el sitio!!
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