Yo que fui el animador
de aquella fiesta campera
hoy relatarle quisiera
con la evidencia mejor
todo el Pago alrededor
comentaba la topada
de la invicta reservada
“La Pantera” de Albornoz
yegua que era portavoz
de una fama bien ganada.
Con el basto y la encimera
la montaba un entrerriano
el conocido Lescano
jinete de laya entera
dos mil personas de afuera
y otras tantas de Sarmiento
presenciaron el momento
cuando César la pidió
no habré de olvidarme yo
jamás de lo que les cuento.
Salió fuerte la gateada
corcoveando ni sé cómo
cuando a Lescano en el lomo
le vi la estampa ladeada
de pronto la reservada
sobre su pecho cayó
el paisanaje lo vio
a César ya entre los pastos
pero volvió hasta los bastos
y en ella se levantó.
Señores cuánta emoción
salió otra vez jineteando
a rienda y lonja peleando
con fuerza en el corazón
le soportó un enterrón
que otro quizás no lo aguante
fue sobre el lomo otro instante
pero después amalaya
fue el final de la batalla
cuando cayó hacia adelante.
Cada gringo que allí estaba
unido con el paisano
quería abrazarlo a Lescano
y en ancas lo levantaba
Albornoz que festejaba
su triunfo de tropillero
también llevó considero
el merecido homenaje
por el bagual más salvaje
que conocí compañero.
Las palabras me faltaron
pa’ relatar ese día
la tarde estaba tan fría
y unas gotas me surcaron
todos de allí se llevaron
la evocación más señera
de la famosa “Pantera”
y el gran jinete Lescano
como un recuerdo del llano
sobre la historia campera.
Versos de Juan José Somohano
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