lunes, 16 de mayo de 2022

EL CANDIL

Siempre te vieron con sueño,

siempre con un parpadear,

como el que tiene al mirar

quien mira al sol con empeño.

Junto al fogón no pequeño

prodigando sus mercedes

como que todo lo puedes,

tu llama en su galopar

¡se divertía en jugar

con sombras en las paredes!

 

Cuando el baile en su apogeo

que daba cuerda la caña

rejuntaba la campaña

de una guitarra al rasgueo.

Se hacía tu parpadeo

indiferente al vistazo,

hasta que un gaucho machazo

al verte tan importuno

¡te apagó sin miedo alguno

de revés con un ponchazo!

 

La sorpresa provocada

dio tiempo al aprovechado

y en ancas del reservado

se alzó con ‘su peor es nada’.

alguien decía: “No es nada”,

otro le erró el tarascón

y atropellando al rincón

donde su prensa se hallaba,

creyendo que la abrazaba,

oyó un grito: “¡Soy varón!”

 

Después ya se hizo la calma,

volvió tu llamita a arder

y el llanto de una mujer

hacía partir el alma;

el que se llevó la palma

se alzó con la hija de aquella

y llora su mala estrella

porque aquel falso, mal hombre,

(eso a ninguno lo asombre)

¡iba a escaparse con ella!


Versos probablemente de Marcelo Altuna

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