jueves, 9 de enero de 2025

TU MOÑO DE SEDA ROSA

 Aleteaba tu pañuelo

como ave presa en tu mano

y tu pie, breve y liviano

rozaba apenas el suelo.

Despertaste así mi anhelo

en una zamba armoniosa

en que fingías, donosa,

rehuir el asedio mío

y lucía en tu atavío

un moño de seda rosa.

 

Ignoro que hechicería

o porque extraño motivo

de un moño el simple atractivo

exalta mi fantasía.

Veo en la noche sombría

de tu crencha relumbrosa

la aurora, que ruborosa

anticipa la mañana,

cada vez que la engalana

tu moño de seda rosa.

 

Más que tu boca encendida,

que es brasa donde se quema

y explota el ansia suprema

de mi pasión contenida,

a mi recuerdo prendida

llevo la cinta vistosa

que trocaste habilidosa

en ave que intenta el vuelo,

en adorno de tu pelo

y en moño de seda rosa.

 

Se apaga en mi pensamiento

tu talle airoso que emula

al trigal, cuando lo ondula

el blando peine del viento,

pero fracaso en mi intento

de olvidar la mariposa

que en tus cabellos se posa

abriendo en ellos sus alas,

cuando corona tus galas

el moño de seda rosa.

 

Ni tus brazos bien torneados,

cárcel de gloria en que preso

gusto el néctar de tu beso

en tus labios codiciados;

ni tus ojazos rasgados

de caricia luminosa,

son obsesión que me acosa

en los sueños y en la ausencia,

con la tenaz persistencia

del moño de seda rosa.

                           (Anterior a 1947)

Versos de Salvador Riese