martes, 4 de marzo de 2025

LA FLOR DE DUGGAN

¡Después de la tempestad!

que a la noche castigó
El hombre se le animó
Al frio y a la humedad.
Si al fin...¡tanta soledad!
¡Cala igual hasta los huesos!
Y a lo mejor ex profeso
Le pidió el viaje al lobuno
Que en su genio caballuno
Bastante entendia de eso.
¡No la esperaba encontrar!
A la bella flor del pago
Mientras el border amagos
Le hacia para jugar
Ella, habia ido a comprar
Lo que compran las mujeres
Cosas...para los quehaceres
Que urgen en una casa
Tras la lluvia que machaza
Recordó falta de enseres.
Al cruzarse ,sujetó...
El paisano a su montado
Y aunque nervioso y turbado
De esta manera le habló :
-Moza ahora que escampó
¡El aire la hace más bella!
A las flores no hace mella
Una lluvia nocturnal
Al otro día es normal
Que brille como una estrella.
La mujer se revolvió
En su lugar mansamente
Y mirándolo de frente
De frente le contestó :
-No se si merezco yo
El poder de ese requiebro
Pero en su palabra enhebro
Cumplidos de disparate
Si gusta tomar un mate
No he de soltarle los perros.

¡Y ahi nomás! se apeó de un salto
La gorra, se la quitó
Junto a la jovén se vió
¡Sin creer llegar tan alto!
Le dió la mano de asalto
La niña se la quitó...
¡Pucha que tonto pensó!
Ya habrá tiempo para eso
Y reparando en un beso
Con los mates...se apañó.
Versos de Rubén Ibero

jueves, 13 de febrero de 2025

EL BAILE EN LO DE ESTEVANA

 Que baile, Cristo me valga!

De aquello de estilo criollo,

en donde se larga el rollo

y salga por donde salga!

Hubo asado y de la nalga

a eso de la media noche,

de yerba se hizo derroche

y también de tortas fritas

que amasaron las chinitas

Candela y Paula del Broche.

 

De temprano ya se vía

animada la reunión

y sonaba el acordeón

con bastante algarabía.

Era un taita que se había

enamorao de Isabel,

una gringa que es la miel

más dulce y apetecida,

alta, linda y derretida

como azúcar de pastel.

 

Cebaba mate Asención,

una morocha elegante

y era pa’ bailar… de aguante

en el mesmo pericón

y bailando, en el montón

estaba Amalia la indina,

una criollita divina

changüisera que da miedo,

que le hace chupar el dedo

al platero de la esquina.

 

Después estaba María

la botija coquetona,

con unos ojos de leona

y los labios de sandía,

y les garanto que olía

a pacholí la tal moza.

¡Qué rubia más cosquillosa

para bailar la milonga!

Sino que lo diga Monga

que andaba en la refalosa.

 

Después pa’ cuidar el rancho

estaba la linda Andrea,

la de cuerpo de batea

y los ojos de carancho.

Hizo conquista con Pancho

el hermano de Estevana

y perdió una caravana

en medio del entrevero

¡cómo le sudaba el cuero

a la maldita paisana!

 

Y que bochinche se armó

al último, santo Cristo!

Hubo que sin ser visto

a una dama pellizcó,

la endivida corcoveó

y gritó aquí, gritó allá,

se quedó en la escuridá

la sala, porque al momento

apagó un gaucho de intento

la luz. ¡Qué barbaridá!

 

Cuando la luz se prendió

la autoridá fue dentrando

y el criollaje recelando

puerta ajuera disparó

Paulita se desmayó

y a mí me gustó la cosa,

pues le regalé una rosa

a una china que acetó…

Y la farra terminó

muy linda y muy borrascosa.

                 (Canelones, ROU, 1905)

Versos de CAMALOTE

miércoles, 15 de enero de 2025

DOMADOR Y RESERO

 Quise volver al pasau

a través de la distancia

para recordar la estancia

y los potros qu’he domau.

¡La pucha si he zamarriau

brutos de todo pelaje!

No olvido cuando en los viajes

que me tocaba rondar

cuántas veces jinetiar

emponchau entre’l vacaje.

 

Hoy, sentau bajo el alero

en la distancia me miro

con la madrina de tiro

y un manso como carguero.

Si habré elegido potreros

en esos viajes cansinos!,

que hubiera aguada o molino

o algún monte de reparo,

y atar la yegua en un claro

no muy lejos del camino.

 

Me recuerdo acomodando

cabrestos, riendas, bozaless,

maneas, pa’ los baguales,

porque con frío, ensillando,

siempre hay que andarse cuidando

de un arisco o patiador;

yo a veces el maniador

le echaba, pa’ asegurarme

que no fuera a quitarme

al cometer un error.

 

Si habré maniao el cencerro

de noche en campos ajenos

y si habré trabau el freno

pa’ que no me oigan los perros.

Y como lo dijo Fierro

contemplando las estrellas

que hasta parecen más bellas

cuando uno es más desgraciau,

me acostaba en el recau

siempre al costau de la huella.

 

Si habré aguantau chaparrones

andando por los caminos

en este suelo argentino

por diferentes regiones,

con vientos y cerrazones

cuidando en la cabecera

que ninguno se perdiera

o se quede en el camino,

así, al llegar a destino

entregar la tropa entera.

 

Si habré soportau calores

de los soles de verano,

y si habré cruzau pantanos

en inviernos heladores.

Cuántas veces los rigores

de un arisco o de un macaco,

otras veces de un bellaco

que me sacaba apurau

a dos manos agarrau

más ligero que un guanaco.

 

Versos de Hugo Pino

viernes, 10 de enero de 2025

TUS OJOS

 Te dentré con un amago

y vos, sonriendo ladina,

quisite que juera, china,

el dueño’e ‘la flor del pago’;

y cuando con un halago,

poniendo mi alma de hinojos,

le respondí a tus antojos

y te canté conmovido,

te miré y quedé prendido

en el beso de tus ojos.

 

Hoy pienso que sos aqueya

china dulce que almiraba,

cuando los ojos alzaba

campiándote en una estreya,

y que al hayarla en mi güeya

antes sembrada de abrojos,

con miel en los labios rojos,

nido ‘e caricias y amores

hiciste brotar las flores

en mi senda, con tus ojos.

 

Soy lonja cruda, y un ruego

tuyo, me deja sobao

si en tu abrazo acorralao

maniao a tu amor m’entrego;

y si se da güelta el juego,

al rato, ni los despojos

te quedan de los enojos,

que son, al fin, puro mimo,

pa’ ver si ansina me arrimo

a besuquiarte los ojos.

 

Versos de Salvador Riese

jueves, 9 de enero de 2025

TU MOÑO DE SEDA ROSA

 Aleteaba tu pañuelo

como ave presa en tu mano

y tu pie, breve y liviano

rozaba apenas el suelo.

Despertaste así mi anhelo

en una zamba armoniosa

en que fingías, donosa,

rehuir el asedio mío

y lucía en tu atavío

un moño de seda rosa.

 

Ignoro que hechicería

o porque extraño motivo

de un moño el simple atractivo

exalta mi fantasía.

Veo en la noche sombría

de tu crencha relumbrosa

la aurora, que ruborosa

anticipa la mañana,

cada vez que la engalana

tu moño de seda rosa.

 

Más que tu boca encendida,

que es brasa donde se quema

y explota el ansia suprema

de mi pasión contenida,

a mi recuerdo prendida

llevo la cinta vistosa

que trocaste habilidosa

en ave que intenta el vuelo,

en adorno de tu pelo

y en moño de seda rosa.

 

Se apaga en mi pensamiento

tu talle airoso que emula

al trigal, cuando lo ondula

el blando peine del viento,

pero fracaso en mi intento

de olvidar la mariposa

que en tus cabellos se posa

abriendo en ellos sus alas,

cuando corona tus galas

el moño de seda rosa.

 

Ni tus brazos bien torneados,

cárcel de gloria en que preso

gusto el néctar de tu beso

en tus labios codiciados;

ni tus ojazos rasgados

de caricia luminosa,

son obsesión que me acosa

en los sueños y en la ausencia,

con la tenaz persistencia

del moño de seda rosa.

                           (Anterior a 1947)

Versos de Salvador Riese