y zarco
del lao del lazo,
supe
tener un picazo
de lunar
en mi tropilla.
Era de
laya sencilla
y sin yel
pa’ galopiar;
yo lo he
sabido probar
en
destintas ocasiones,
cuando esegían
los patrones
saberse
desempeñar.
Dib’abarajando
el freno
haciendo
lucir las priendas
y jugando
con las riendas
era
tranquilo y sereno;
bagualito
más que güeno
nunca lo
podré olvidar,
por eso
han de dispensar
o
criticarme si acaso
que
cantándole al picazo
no los
deje resollar.
Picazo,
mi pensamiento
quiero
sincero atracarte
y dentrar
a alabanciarte
como es
tu merecimiento;
no es
charla ‘e cocina o cuento
ponderiar
tus condiciones,
son
verdades de a montones
las que
dejaste a tu paso,
porque
vos juiste picazo
motivo ‘e
conviersaciones.
Cuando
dentraba a un poblao
y pisaba
las orillas,
se hacía
un arco y de costillas
se
pasiaba atravesao;
a veces
de lao a lao
de la
calle sabía dir,
pa’ mi
era el de conseguir
y por causa
‘e las mujeres,
lo enyené
de amaneceres
y de
noches sin dormir.
A una
yerra de convite
ande cayí
de goloso,
hice
yunta con un mozo
al que no
le di desquite;
como
verso de confite
quedó el
paisano arroyao
se le
acabó un colorao
más
ligero que un balazo
y yo
seguí en el picazo
como si
hubiera empezao.
Por eso
que en este día
en que lo
estoy recordando,
con gusto
le voy cantando
la mejor
milonga mía
y es muy
grande mi alegría
cuando le
canto al picazo,
porque en
verdá jue un pingazo
el lunar
de mi tropilla,
pico blanco,
gargantilla
y zarco
del lao del lazo.
Versos de
Omar J. Menvielle
No hay comentarios:
Publicar un comentario