Va mi tropilla de “bayos”
entre lomas y entre
cerros
mientras repica el
cencerro
entablando los
caballos.
El sol dora con sus
rayos
el relumbroso pelaje
y decorando el paisaje
al borde de una
barranca
se asoma una garza
blanca
sacudiendo su plumaje.
Son quince hermosos
baguales
parejos de tal manera
que al mirarlos se
dijera
que todos fueran
iguales,
llevan claras las
señales
de mi marca en un
costao
y apenas arrocinaos
a veces alguno se
hincha
cuando le apretó la
cincha
pa’ afirmar bien el
recao.
De repente, la madrina
las orejas para
ansiosa
porque ha visto alguna
cosa
moviéndose en la
colina
su amplia mirada
domina
desde el valle a la
cuchilla
y como una voz
sencilla
que sobre el campo
resuena
con fuerte relincho
ordena
que se pare la
tropilla.
Cundo en los lomos me siento
de mis pingos no hay
escollos
porque su fibra de
criollos
me da coraje y
aliento,
marcho tranquilo y
contento
entonando una canción
y en completa comunión
con el alma de mis “bayos”
se me antoja que a
caballo
es el hombre más
varón.
Versos de Tabaré
Regules
(uruguayo)
No hay comentarios:
Publicar un comentario